El apoyo a la monarquía aumenta en Nepal mientras miles exigen el regreso del rey Gyanendra.

El apoyo a la monarquía aumenta en Nepal mientras miles exigen el regreso del rey Gyanendra.

Nepal observa un resurgimiento del sentimiento pro-monárquico mientras miles exigen el regreso de Gyanendra Shah en medio de la inestabilidad política y las dificultades económicas.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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En un giro sorprendente de los acontecimientos, Nepal ha sido testigo de un resurgimiento del apoyo a la monarquía, con miles de personas saliendo a las calles durante el fin de semana para exigir el regreso de Gyanendra Shah, el último rey de la nación de mayoría hindú. Este movimiento, denominado "El Regreso del Rey", refleja frustraciones arraigadas entre la población en relación con la persistente inestabilidad política, la corrupción rampante y una economía en crisis. El 28 de mayo de 2008, Nepal abolió su monarquía de 239 años, un cambio significativo que siguió a una guerra civil de una década que resultó en la muerte de más de 16,000 personas. Al transitar hacia una república federal y secular, Nepal esperaba estabilizar y modernizar su gobernanza. Sin embargo, en los años siguientes, la nación ha visto una asombrosa rotación de gobiernos—13 en total desde la abolición de la monarquía—lo que ha contribuido a un sentimiento de desilusión entre los ciudadanos. Las recientes protestas, que vieron multitudes que superaban los 10,000, fueron impulsadas por una mezcla de problemas económicos y un anhelo de la estabilidad que muchos creen que la monarquía podría proporcionar. "Ven, Rey, salva a la nación..." se convirtió en un grito de unión mientras Gyanendra Shah aparecía en varias partes del país, ostensiblemente evaluando el sentimiento público. Muchos manifestantes expresaron sus preocupaciones sobre el aumento de precios, el desempleo y la falta de servicios esenciales como la educación y la atención médica, señalando un fracaso de la actual clase política para abordar estos problemas apremiantes. Rajindra Kunwar, un maestro de 43 años y manifestante pro-monarquía, destacó la disparidad en la rendición de cuentas, afirmando: "La ley se aplica al público... pero no a los políticos. Por eso necesitamos al rey." Sentimientos como estos son compartidos por muchos, que sienten que la república no ha cumplido con sus promesas. El movimiento pro-monarquía no es completamente nuevo; los ecos del sentimiento realista han persistido desde la caída de la monarquía. Tras la controvertida toma de poder de Gyanendra en 2005, estallaron grandes protestas, lo que llevó a su eventual entrega del poder el año siguiente. Aunque la popularidad de la monarquía disminuyó tras las manifestaciones anti-monárquicas, han ocurrido llamados periódicos a su reinstauración, con protestas recientes en 2020 y una respuesta policial a una turba pro-monárquica a principios de este año. Esta última ola de sentimiento pro-monárquico está impulsada en parte por las realidades económicas que enfrenta Nepal. Informes del FMI indican una tendencia preocupante en el crecimiento económico, que alcanzó un pico del 9% en 2015, pero que desde entonces ha disminuido a menos del 5%. Las tasas de inflación también han generado alarmas entre los ciudadanos. Aquellos que se manifestaron a favor de Shah en el aeropuerto expresaron su deseo de un cambio de liderazgo, una indicación de que muchos están listos para reconsiderar el pasado con la esperanza de que pueda conducir a un futuro mejor. Entre los manifestantes, también había antiguos opositores a la monarquía que han cambiado sus puntos de vista, como Kulraj Shrestha, un carpintero que una vez protestó contra el reinado de Shah. "Lo peor es la corrupción masiva... los políticos no están haciendo nada. Me equivoqué y la nación ha caído aún más. Así que he cambiado de opinión", admitió, subrayando el creciente descontento con el actual establecimiento político. En cuanto a las intenciones de Gyanendra Shah, se especula que está contemplando un regreso, aunque aún no ha hecho declaraciones definitivas sobre el asunto. Sus recientes giras sugieren que está monitoreando cautelosamente el apoyo público mientras aboga por la unidad nacional y el progreso. La historia de la transición de Nepal de monarquía a república es compleja, caracterizada por agitación política y cambio social. La abolición de la monarquía en 2008 siguió a años de conflictos políticos, culminando en la redacción de una constitución que no se finalizó hasta 2015. El proceso estuvo marcado por desastres naturales y un estancamiento político, retrasando las elecciones democráticas hasta 2017. Como indica el clima actual, el llamado a un regreso a la monarquía toca una narrativa más profunda de insatisfacción con los resultados de la república. Las protestas sirven como un recordatorio de la naturaleza frágil de la estabilidad política y del deseo duradero de un liderazgo que resuene con la población. Si este movimiento ganará suficiente impulso para afectar un cambio real en Nepal sigue por verse, pero las voces que claman por un regreso al pasado se están volviendo imposibles de ignorar.

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