Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La pintoresca isla griega de Santorini, una joya del mar Egeo y un pilar del turismo veraniego, se encuentra actualmente en medio de una inquietud sísmica que ha dejado a residentes y expertos en alerta máxima. En la última semana, Santorini ha sido sacudida por aproximadamente 6,400 terremotos de magnitud menor a moderada, con los temblores ocurriendo con alarmante frecuencia, a veces con solo minutos de diferencia. El terremoto más significativo hasta la fecha, un temblor de magnitud 5.2, ocurrió el miércoles, marcando el evento sísmico más fuerte registrado desde el inicio de esta actividad el 26 de enero. En respuesta a la creciente actividad sísmica, el gobierno griego ha declarado un estado de emergencia. Esta decisión ha llevado a aproximadamente 10,000 residentes a evacuar la isla, buscando refugio de los temblores que se han convertido en parte de la vida cotidiana. Los epicentros de estos terremotos se han localizado cerca del volcán submarino Kolumbo, situado a unas cinco millas al noreste de Santorini. Aunque los funcionarios no han vinculado de manera definitiva esta actividad sísmica con Kolumbo o con la inactiva Nea Kameni, que se encuentra dentro de la famosa caldera de Santorini, las preocupaciones están aumentando entre geólogos y volcanólogos. Los expertos están divididos en sus evaluaciones de la situación. El profesor de geología Avraam Zelilidis de la Universidad de Patras sugiere que el enjambre de terremotos es indicativo de actividad volcánica. Destaca que la reciente actividad sísmica se ha intensificado y estabilizado, lo que implica una posible conexión con el volcán mismo. Costas Synolakis, un experto en peligros naturales de la USC Viterbi School of Engineering, expresa una grave preocupación, afirmando que está "99% seguro" de que Kolumbo entrará en erupción pronto. Advierte que una erupción podría desencadenar un colapso catastrófico en el mar, generando tsunamis que podrían devastar la isla y las áreas circundantes. Mientras tanto, hay voces de cautela dentro de la comunidad científica. Michele Paulatto, un investigador avanzado en geofísica volcánica, ofrece una perspectiva más mesurada. Según Paulatto, aunque ha habido un ligero aumento en la actividad tanto en Kolumbo como en la caldera de Santorini, el nivel actual de actividad es insuficiente para elevar el nivel de alerta volcánica. Señala que, si bien los terremotos pueden llevar a erupciones, la mayoría de la actividad sísmica ha ocurrido lejos de los volcanes, sugiriendo que el peligro inmediato puede no ser inminente. Los funcionarios de protección civil permanecen vigilantes, monitoreando de cerca la actividad volcánica en la isla. Describen el fenómeno actual como una leve "excitación seismovolcánica" que merece atención, pero la diferencian de amenazas más severas. Costas Papazachos, profesor de física de la litosfera en la Universidad de Aristóteles, asegura que se trata de un fenómeno de movimiento lento, y que el estado ya ha tomado medidas preventivas para salvaguardar a la población. A medida que la situación continúa evolucionando, tanto los residentes como los turistas se encuentran en una posición precaria. Con Santorini siendo uno de los destinos vacacionales más queridos de Grecia, el espectro de erupciones volcánicas y tsunamis se cierne, generando incertidumbre sobre los futuros planes de viaje y la seguridad de los habitantes de la isla. Los próximos días y semanas serán críticos para determinar si Santorini puede seguir encantando a sus visitantes o si enfrentará la furia de la naturaleza.