La música como vehículo: artistas que prefieren construir su imagen personal

La relación entre la música y la celebridad ha evolucionado en las últimas décadas, transformando a muchos músicos en auténticas marcas personales. Esta metamorfosis ha generado un fenómeno curioso: los artistas, que alguna vez se enfocaron exclusivamente en su arte, ahora parecen más interesados en construir una imagen integral que les permita diversificar sus ingresos y conectar con sus seguidores de maneras más amplias. Este cambio en la dinámica ha llevado a que muchas entrevistas a músicos célebres ignoren su obra musical en favor de aspectos más anecdóticos y superficiales de sus vidas. Tomemos como ejemplo a figuras prominentes como Miguel Bosé, Rosalía e Isabel Pantoja. La mayoría de las veces, las conversaciones con ellos se desvían de su música para tocar temas de actualidad, estilo de vida o curiosidades que a menudo generan entretenimiento, pero que poco aportan a la comprensión de su arte. Este fenómeno puede parecer frustrante para quienes valoran la música de estos artistas de manera genuina, pero es un reflejo de una estrategia consciente. Para muchos de ellos, la música es solo un punto de partida. Santi Carrillo, director de Rockdelux, ha señalado la ironía detrás de esta tendencia. Según él, estos artistas no solo no se sienten dolidos por ello, sino que, por el contrario, buscan este tipo de promoción. Al fin y al cabo, lo que realmente desean es cultivar una imagen que trascienda lo musical, lo que les permite conectar con su audiencia de formas más versátiles y menos limitadas. En este sentido, la música se convierte en un vehículo para la creación de una identidad pública que abarca múltiples facetas. Artistas como Taylor Swift son un claro ejemplo de esta dualidad. Sus canciones, que a menudo contienen referencias a su vida personal, le han permitido construir un vínculo emocional con sus seguidores. Pero no solo se ha quedado en la música; ha expandido su marca personal a través de líneas de ropa, muñecas y fragancias. Este enfoque multifacético es cada vez más común entre aquellos que buscan maximizar su impacto y relevancia en un mercado altamente competitivo. Por su parte, Harry Styles ha optado por un camino similar con su marca Pleasing, que no solo busca ofrecer productos, sino también transmitir un estilo de vida. Mientras tanto, Rihanna ha dado un paso aún más audaz al dejar de lado la producción musical para centrarse en su imperio de cosméticos y lencería. Para ella, la música parece haber pasado a un segundo plano en comparación con su éxito empresarial. ¿Por qué tendría que someterse a la presión de un crítico musical cuando su enfoque está en la creación y gestión de marcas que resuenan más con su identidad actual? Este fenómeno no es exclusivo de artistas internacionales. En España, ocurre lo mismo. Muchos músicos prefieren participar en entrevistas con influencers o youtubers, donde la conversación puede ser más ligera y enfocada en sus personalidades en lugar de su música. Esto refleja un cambio en la forma en que se construyen las carreras artísticas, donde la imagen personal se ha vuelto tan importante como la música en sí. Sin embargo, este cambio de enfoque también plantea preguntas importantes. ¿Qué pasa con los fans que realmente aprecian la música y desean conocer más sobre el proceso creativo detrás de sus artistas favoritos? Para ellos, la falta de profundidad en las entrevistas puede resultar decepcionante. Muchas de estas celebridades parecen ignorar que hay una base de seguidores que valora la música en su esencia y que desearía tener acceso a sus pensamientos y motivaciones artísticas. En última instancia, la transformación de los músicos en marcas personales refleja una realidad del mundo contemporáneo, donde la fama y la imagen a menudo se consideran más valiosas que el arte en sí. La búsqueda de notoriedad y éxito comercial ha llevado a muchos a priorizar su conexión con el público a través de anécdotas y estilo de vida, dejando la música en un segundo plano. Para aquellos que aún se sienten apasionados por la música, queda el dilema de seguir a estos ídolos que han optado por ser más que simplemente músicos. Es un precio que, en la mayoría de las ocasiones, están dispuestos a pagar.