Sesgo Mediático Revelado: La Perturbadora Disparidad en la Cobertura de Raza y Crimen.

Sesgo Mediático Revelado: La Perturbadora Disparidad en la Cobertura de Raza y Crimen.

El caso de Luigi Mangione destaca el sesgo mediático en la cobertura de crímenes, revelando disparidades en cómo la raza y el género moldean las narrativas y las percepciones públicas.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 21.12.2024

En un caso impactante que ha desatado tanto la locura mediática como el debate público, la historia de Luigi Mangione, un joven blanco acusado de asesinar a un ejecutivo de salud, ha revelado sesgos arraigados en cómo se cubren los crímenes según la raza y el género del sospechoso. Las complejidades que rodean el presunto crimen de Mangione y la representación simpática que le ha dado la prensa han llamado la atención sobre un patrón preocupante en las narrativas noticiosas. Desde su arresto por el tiroteo al CEO de United Healthcare, Brian Thompson, Mangione ha sido objeto de un extenso análisis mediático que intenta desentrañar los factores que pueden haberlo llevado a cometer un acto tan violento. Las especulaciones van desde una lesión de espalda debilitante hasta su crianza acomodada, lo que indica una búsqueda de motivaciones más profundas detrás de sus acciones. Sin embargo, estas narrativas contrastan marcadamente con el tratamiento de sospechosos de contextos marginados, una disparidad que muchos expertos argumentan refleja un sesgo social arraigado. El Dr. Joseph Richardson, profesor en la Universidad de Maryland, señaló que “si Mangione hubiera sido un joven negro, la narrativa sería diferente”. Su declaración encapsula un examen crítico de la tendencia de los medios a humanizar a los sospechosos masculinos blancos mientras que a menudo reducen a los sospechosos de color a estereotipos dañinos. Este doble rasero no es nuevo; numerosos estudios han demostrado que los perpetradores blancos de violencia armada son frecuentemente enmarcados en un contexto de problemas de salud mental y luchas personales, lo que provoca simpatía y comprensión pública. Un análisis más detallado de la cobertura mediática pasada revela un patrón consistente. Tiroteadores blancos de alto perfil, como Adam Lanza y Jared Loughner, han sido retratados como individuos problemáticos, con sus antecedentes y problemas de salud mental examinados en profundidad. En contraste, las personas negras acusadas de crímenes graves, como Jason Nightengale o Terry Clark Hughes Jr., a menudo son representadas a través de un lente de criminalidad, con sus delitos pasados y rasgos negativos destacados de manera desproporcionada. La cobertura de Mangione también ha suscitado discusiones sobre privilegio y percepciones sociales del crimen. Pamela Mejia, directora de investigación en el Berkeley Media Studies Group, enfatizó que la narrativa que rodea a Mangione refuerza la noción de que el crimen es una anomalía cuando es cometido por individuos blancos y acomodados, mientras que lo opuesto es cierto para las personas de color. “La abrumadora narrativa mediática refuerza la idea de que solo ciertas personas cometen crímenes”, dijo, señalando que este sesgo moldea la comprensión pública sobre quién es capaz de violencia. Además, el marco empático que los medios han dado a Mangione ha resultado en un sorprendente flujo de apoyo en las redes sociales y en el establecimiento de un fondo de defensa legal que ha recaudado casi 150,000 dólares. Este fenómeno ha llevado a algunos observadores a etiquetar a Mangione como un “mártir”, reflejando una tendencia preocupante en la que los sospechosos individuales son celebrados en lugar de vilipendiados, creando una desconexión significativa en cómo la sociedad reacciona ante crímenes similares según la identidad racial del perpetrador. Los académicos argumentan que las implicaciones de esta cobertura sesgada son profundas. Scott Duxbury, profesor asistente de sociología en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, explicó que la búsqueda prevalente de comprensión en casos que involucran a sospechosos blancos contrasta marcadamente con los juicios rápidos que se emiten sobre individuos de color. “La gente simplemente tiende a creerlo en primer lugar” cuando el sospechoso es negro o marrón, anotó, ilustrando una narrativa social preocupante que a menudo pasa por alto las complejidades de cada caso. A medida que los medios continúan lidiando con las complejidades de la cobertura de crímenes, el caso de Luigi Mangione sirve como un recordatorio conmovedor de los sesgos que persisten en nuestras narrativas. Nos desafía a evaluar críticamente cómo la raza y el género influyen en las percepciones del crimen y en la humanidad que se otorga a quienes son acusados. En una sociedad que lucha por la igualdad y la justicia, es imperativo que enfrentemos estas disparidades y aboguemos por un paisaje mediático más equitativo, uno que refleje con precisión las complejidades de todos los individuos, independientemente de su origen.

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