Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
BANGKOK -- Mientras Tailandia reflexiona sobre el 20º aniversario del catastrófico tsunami del océano Índico, el ex primer ministro Thaksin Shinawatra ha compartido sus experiencias y las lecciones aprendidas de una de las horas más oscuras de la nación. El desastre de 2004, provocado por un masivo terremoto de magnitud 9.1, cobró aproximadamente 5,400 vidas solo en Tailandia, devastando áreas turísticas populares como Phuket y Khao Lak. En una reciente entrevista con el grupo Matichon, Thaksin recordó haber recibido los primeros informes del tsunami mientras hacía campaña en la provincia de Khon Kaen. "Debo admitir que en ese momento ni siquiera sabía qué era un tsunami", dijo. No fue hasta que llegó a Phuket que comprendió la magnitud completa de la calamidad que se desarrollaba en las provincias del sur del país. Thaksin describió el caos inmediato que encontró al llegar a las áreas afectadas. Entendiendo que los diversos ministerios operaban de manera independiente, tomó medidas decisivas al convocar una reunión para establecer una respuesta coordinada. Asignó ministros específicos para supervisar las operaciones en diferentes zonas afectadas, enfatizando la necesidad de colaboración en la gestión de crisis. El ex primer ministro identificó tres prioridades principales tras el desastre: asistir a los sobrevivientes, tratar a los heridos y recuperar a los fallecidos. "Proporcionamos documentos necesarios y vuelos gratuitos para que los sobrevivientes regresaran a casa, incluso para aquellos que habían perdido sus pasaportes", señaló. Su administración también enfrentó la sombría tarea de identificar a los miles de desaparecidos, con solo una fracción encontrada en el primer mes. El estilo de gestión de Thaksin durante la crisis se extendió más allá de los desafíos internos; tomó la controvertida decisión de no aceptar donaciones financieras de naciones extranjeras. "Quería proyectar fortaleza y autosuficiencia. En cambio, aceptamos asistencia técnica, ya que esta era una situación sin precedentes para nosotros", explicó. Este enfoque le valió respeto en el ámbito internacional, con países como India eligiendo seguir el ejemplo de Tailandia. Reflexionando sobre el costo emocional de la crisis, Thaksin recordó un momento particularmente conmovedor cuando se enteró de que Khun Poom Jensen, un miembro de la familia real tailandesa, estaba desaparecido. Esta noticia intensificó la urgencia de la respuesta y destacó las implicaciones sociales más amplias del desastre. En las semanas que siguieron, Thaksin notó los inmensos desafíos que planteaba la falta de electricidad y comunicación. El enfoque se desplazó hacia la recuperación a largo plazo, donde coordinó con el Banco de Tailandia para proporcionar préstamos blandos a las empresas e inició proyectos de infraestructura destinados a revitalizar las áreas devastadas. Notablemente, afirmó que dentro de un año, el turismo y la normalidad se habían restaurado en gran medida, a pesar de haber perdido una temporada turística completa. Mirando hacia el futuro, Thaksin expresó su preocupación por los desafíos ambientales actuales, citando ocurrencias recientes de clima extremo, como "bombas de lluvia" que han inundado el sur de Tailandia. Se mantiene esperanzado de que los avances en tecnología, particularmente la inteligencia artificial, puedan mejorar la preparación para tales desastres. "Recientemente hablé con Jensen Huang, CEO de NVIDIA, sobre cómo utilizar la IA para predecir y gestionar desastres relacionados con el clima en Tailandia", compartió. A medida que Tailandia conmemora dos décadas desde el tsunami, las reflexiones de Thaksin ofrecen un recordatorio sobrio de la resiliencia necesaria frente a las calamidades naturales, así como la imperativa de continuar la innovación y la preparación para abordar la creciente amenaza del cambio climático.