El cambio climático está relacionado con un aumento del riesgo de terremotos a medida que los glaciares se derriten, revela un estudio.

El cambio climático está relacionado con un aumento del riesgo de terremotos a medida que los glaciares se derriten, revela un estudio.

Un estudio de la CSU encuentra que el cambio climático puede aumentar la frecuencia de los terremotos a medida que los glaciares se retiran, alterando la dinámica de las fallas y la estabilidad geológica.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Un estudio reciente de la Universidad Estatal de Colorado (CSU) ha descubierto una conexión notable entre el cambio climático y la actividad sísmica, sugiriendo que a medida que los glaciares se retiran, la frecuencia de los terremotos puede aumentar. Publicada en la revista Geology, esta investigación innovadora contribuye a un cuerpo de evidencia limitado pero en expansión que indica que el clima puede influir significativamente en el ciclo sísmico. El equipo de investigación, liderado por la geocientífica Cece Hurtado como parte de su tesis de maestría, se centró en las Montañas Sangre de Cristo en el sur de Colorado. Esta cordillera presenta una falla activa a lo largo de su borde occidental, donde el peso de los glaciares durante la última glaciación jugó un papel crucial en la estabilización de la falla. Con los efectos continuos del cambio climático, a medida que el hielo se derrite y los glaciares retroceden, el estudio indica que el estrés en la falla ha cambiado, lo que ha llevado a un aumento en los movimientos de la falla y, potencialmente, a terremotos más frecuentes. "El cambio climático está ocurriendo a un ritmo que es órdenes de magnitud más rápido de lo que vemos en el registro geológico", comentó Hurtado, enfatizando la urgencia de sus hallazgos. Los investigadores señalaron que regiones de todo el mundo, incluidos Alaska, el Himalaya y los Alpes, están experimentando rápidos retrocesos glaciares que coinciden con procesos tectónicos activos. Esta correlación apoya la idea de que el cambio climático no solo afecta los patrones climáticos, sino que también puede desempeñar un papel significativo en la alteración de la estabilidad geológica. Si bien se ha pensado históricamente que los cambios inducidos por el clima en la superficie de la Tierra influyen en la dinámica atmosférica, como los patrones de lluvia, la interacción entre el clima y la tectónica ha recibido menos atención. "Es difícil encontrar ejemplos en la naturaleza", afirmó Sean Gallen, un autor principal del estudio, subrayando la novedad de sus hallazgos. Esta investigación presenta evidencia convincente de que las interacciones entre la atmósfera y la tierra sólida pueden medirse en el campo, enriqueciendo así nuestra comprensión de la dinámica de los terremotos. A través de una combinación de técnicas de teledetección y datos de campo, el equipo reconstruyó la presencia histórica de glaciares en las Montañas Sangre de Cristo. Calcularon la carga ejercida sobre la falla durante la glaciación y midieron el desplazamiento, o movimiento, de la propia falla. Notablemente, el estudio reveló que las tasas de deslizamiento de la falla han sido cinco veces más rápidas en el período posterior a la última glaciación que durante el tiempo en que los glaciares las mantenían bajo control. Las implicaciones de esta investigación se extienden más allá de la cordillera Sangre de Cristo. Gallen enfatizó que los sistemas de fallas en áreas con glaciares que retroceden rápidamente o cuerpos de agua que se evaporan pueden requerir un monitoreo intensificado para detectar actividad sísmica. Comprender estas dinámicas es vital para evaluar los peligros sísmicos, particularmente en regiones que ya son vulnerables. Además, los hallazgos son significativos para los sismólogos que buscan reconstruir eventos sísmicos prehistóricos y comprender los intervalos de recurrencia de fallas activas. Gallen señaló que los procesos hidrológicos impulsados por el cambio climático deben ser considerados en estas evaluaciones, sugiriendo que el momento de los terremotos puede no seguir un patrón predecible. En cambio, los períodos de actividad sísmica aumentada podrían alternar con fases prolongadas de calma, complicando los modelos existentes de recurrencia de terremotos. Los investigadores aprovecharon una base de datos pública de alta resolución sobre la elevación de la superficie terrestre, complementándola con mediciones GPS precisas para rastrear el desplazamiento de fallas y el momento de los eventos basado en los depósitos de sedimentos circundantes. Esta combinación de técnicas innovadoras les permitió establecer conexiones entre los movimientos glaciares y las respuestas tectónicas de una manera que no ha sido documentada extensamente antes. A medida que el cambio climático continúa remodelando nuestro planeta, los hallazgos de CSU destacan la interconexión de los procesos ambientales y los fenómenos geológicos. Con el potencial de un aumento en la actividad sísmica en áreas con glaciares en retroceso, está claro que las implicaciones del cambio climático van mucho más allá del aumento de las temperaturas y los cambios en los patrones climáticos. Comprender estas conexiones puede ser crucial para prepararse para futuros peligros sísmicos en un mundo en calentamiento.

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