Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que la sociedad evoluciona, también lo hacen las dinámicas del matrimonio y el divorcio, particularmente entre los adultos mayores. Las últimas décadas han sido testigos de un notable aumento en lo que comúnmente se conoce como "divorcio gris", un término que encapsula el fenómeno de individuos mayores de 50 años que ponen fin a sus matrimonios. Este cambio resalta una tendencia creciente en la que los adultos mayores eligen abandonar relaciones insatisfactorias en busca de realización personal y felicidad. Las estadísticas ilustran la magnitud de esta tendencia: entre 1990 y 2010, la tasa de divorcio para aquellos de 50 años o más se más que duplicó. Para 2022, un asombroso 36 por ciento de todos los divorcios involucraron a adultos de 50 años o más. Este aumento indica un cambio cultural significativo, donde el estigma que rodea al divorcio—especialmente para los adultos mayores—sigue disminuyendo. La noción de que las parejas deben permanecer juntas por el bien de la tradición o las expectativas sociales está desapareciendo rápidamente, permitiendo a los individuos perseguir vidas que resuenen más estrechamente con su verdadero yo. De manera convincente, son principalmente las mujeres quienes están impulsando el aumento en las tasas de divorcio gris. Muchas de estas mujeres, a menudo baby boomers, han pasado décadas sintiéndose atrapadas en matrimonios infelices. Con los cambios en las normas sociales, están aprovechando la oportunidad para liberarse de lo que perciben como relaciones tóxicas. Según un informe de ABC News, estas mujeres están abrazando su independencia y embarcándose en nuevas aventuras de vida, que van desde seguir carreras hasta explorar pasatiempos que les traen alegría. Este nuevo enfoque en la autodescubrimiento y la felicidad individual marca un importante alejamiento de las generaciones anteriores. Un ejemplo conmovedor es la historia de Edith Heyck, de 74 años, una voz vibrante en la narrativa del divorcio gris. Hablando con Nightline, enfatizó los efectos liberadores de su decisión de divorciarse. "Creo que parte de mi historia es que soy la primera generación de mujeres que tomó la píldora justo cuando tenía 18 o 19 años", reflexionó. Este momento crucial en su vida le permitió descubrir un sentido de autonomía que no se les otorgó a las mujeres de generaciones anteriores, muchas de las cuales se sintieron obligadas a permanecer en matrimonios, independientemente de su felicidad personal. El entusiasmo de Edith por la vida después del divorcio es contagioso; se describe a sí misma como una "septuagenaria buscando un sexagenario", contando de manera divertida su estilo de vida activo que incluye un compañero de gimnasio y un amigo para esquiar. Su entusiasmo por la vida y su disposición a abrazar nuevas relaciones ilustran las alegrías de empezar de nuevo, sin importar la edad. Las implicaciones de la tendencia del divorcio gris son profundas. A medida que más adultos mayores eligen priorizar su felicidad, la sociedad está presenciando una evolución en la percepción del matrimonio y la realización personal. La narrativa que rodea al amor en la vida posterior está cambiando; se está aceptando cada vez más que el amor se puede encontrar a cualquier edad, y que la vida no termina con la jubilación. A medida que este movimiento gana impulso, es probable que veamos un aumento de literatura, medios y expresiones culturales que capturan la esencia de este fenómeno. Al igual que los temas explorados en "Come, reza, ama", las historias de estos individuos pueden inspirar a otros a reconsiderar sus caminos y explorar las posibilidades que vienen con abrazar la vida después del divorcio. En un mundo donde las limitaciones tradicionales del matrimonio están siendo desafiadas, el divorcio gris no es meramente una estadística, sino una poderosa declaración sobre la libertad personal y la búsqueda de la felicidad en los años posteriores. A medida que más individuos como Edith Heyck se aventuran en este territorio inexplorado, están allanando el camino hacia un futuro donde la edad no es una barrera para el amor, la aventura o una vida plena.