Devastación en Vietnam tras el tifón Yagi: 65 muertos y miles de damnificados

El tifón Yagi ha dejado una estela de devastación en Vietnam, con un balance desgarrador que incluye 65 muertos y 39 desaparecidos. La tormenta, que tocó tierra el pasado sábado, ha sido considerada como el tifón más potente del año en Asia, con ráfagas que alcanzaron los 149 kilómetros por hora. A pesar de que el tifón ha perdido intensidad y se encuentra prácticamente fuera del territorio vietnamita, sus efectos continúan sintiéndose, especialmente en el norte del país, donde se han registrado las mayores tragedias. La televisión estatal de Vietnam, VTV, ha informado que la mayoría de las víctimas se concentran en las provincias de Cao Bang y Lao Cai. La fuerza del tifón, que trajo consigo torrenciales lluvias y vientos destructivos, ha causado importantes daños en infraestructuras y viviendas. Se estima que alrededor de 750 personas han resultado heridas y que aproximadamente 48.000 viviendas han sido afectadas, además de 150.000 hectáreas de arrozales, que son vitales para la economía agrícola del país. A medida que las autoridades intentan evaluar la magnitud de los daños, la preocupación persiste en la capital, Hanói. Con un solo fallecido reportado hasta ahora, las autoridades han elevado la alerta debido al riesgo de desbordamiento del río Rojo, lo que podría agravar aún más las inundaciones en diversas calles de la ciudad. Este aumento en las preocupaciones está alimentado por el continuo pronóstico de lluvias que podrían provocar nuevos deslizamientos de tierra y más inundaciones en las zonas ya afectadas. Una de las tragedias más impactantes del tifón ha sido el colapso del puente Phong Chau en la provincia de Phu Tho, que resultó en la caída de al menos diez vehículos y dos motocicletas al río. Hasta el momento, ocho personas están desaparecidas tras este incidente, lo que ha llevado a las autoridades a investigar las circunstancias que rodearon el colapso del puente. El viceprimer ministro Ho Duc Pho visitó el lugar y expresó su profunda preocupación por la situación. En los días previos a la llegada del tifón, las autoridades vietnamitas ya habían tomado medidas preventivas, evacuando a unas 50.000 personas de las áreas más vulnerables. Casi medio millón de soldados están actualmente movilizados en operaciones de rescate y asistencia, trabajando incansablemente para ayudar a las comunidades afectadas a recuperarse de los estragos causados por Yagi. El impacto del tifón Yagi no se ha limitado a Vietnam. Antes de tocar tierra en el país, el tifón causó estragos en la isla de Hainan, en China, dejando un saldo de al menos dos fallecidos y 92 heridos, además de interrumpir el suministro eléctrico a más de 1,5 millones de hogares. El tifón también atravesó la isla de Luzón en Filipinas, donde causó 20 muertos, 26 desaparecidos y 22 heridos, revelando la devastadora trayectoria de la tormenta a su paso por la región. La magnitud de la tragedia ha puesto de relieve la vulnerabilidad de las infraestructuras y la necesidad de fortalecer la preparación ante desastres en los países del sudeste asiático. Con el cambio climático aumentando la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos, la región debe priorizar la adaptación y la resiliencia en su planificación y desarrollo. A medida que el país enfrenta la difícil tarea de reconstrucción, muchos se preguntan cómo se puede mejorar la respuesta ante desastres. Las autoridades y expertos en clima han enfatizado la importancia de aprender de eventos como el tifón Yagi, para implementar estrategias que minimicen el impacto de futuros desastres naturales. Mientras tanto, los ciudadanos vietnamitas muestran su solidaridad y apoyo mutuo en estos tiempos difíciles, reafirmando la importancia de la comunidad en la recuperación. La esperanza se mantiene viva, y aunque el camino por delante será arduo, la resiliencia del pueblo vietnamita es un testimonio de su capacidad para superar adversidades.