Tifón Yagi deja destrucción y al menos cuatro muertos en Vietnam y Filipinas

Tifón Yagi deja destrucción y al menos cuatro muertos en Vietnam y Filipinas

El tifón Yagi causa destrucción en Vietnam, con al menos cuatro muertos y daños severos. La recuperación avanza, pero persisten riesgos climáticos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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El tifón Yagi, considerado el más poderoso registrado en Asia este año, ha dejado una estela de destrucción tras su paso por Vietnam, donde se ha convertido en una tormenta tropical al perder fuerza. La devastación que ha causado se ha traducido en al menos cuatro muertes y daños materiales significativos, principalmente en el norte del país. Las autoridades han comenzado a evaluar el impacto del tifón en áreas densamente pobladas como Haiphong y Hanói, ciudades que han visto cómo sus infraestructuras han sido severamente afectadas. Este fenómeno meteorológico no solo ha golpeado a Vietnam, sino que ha atravesado varias regiones antes de llegar a su destino final. En su recorrido, Yagi dejó al menos dos fallecidos en la provincia insular china de Hainan y causó la muerte de 20 personas en Filipinas. Con la llegada de este tifón, la preocupación por el cambio climático y la vulnerabilidad de las regiones propensas a estos desastres naturales se ha intensificado, un tema que resuena en todo el Sudeste Asiático, donde las tormentas son cada vez más frecuentes y destructivas. A su llegada a Vietnam, Yagi trajo consigo vientos sostenidos de 118 kilómetros por hora y rachas que alcanzaron hasta los 149 kilómetros por hora. La ciudad de Haiphong, con más de dos millones de habitantes, fue uno de los principales puntos de impacto. Desde el sábado por la tarde, la ciudad ha trabajado arduamente para limpiar las calles, que quedaron cubiertas por más de 2.200 árboles caídos, además de postes de luz y farolas que fueron derribados por la fuerza del viento. La capital, Hanói, también sintió el embate del tifón, que provocó inundaciones y daños a la infraestructura urbana. A pesar de que el recuento de víctimas se mantiene en cuatro, las autoridades continúan monitoreando la situación, ya que los riesgos de inundaciones, riadas y deslizamientos de tierra persisten en las áreas afectadas. El Departamento de Meteorología de Vietnam ha instado a la población a permanecer alerta, dado que las condiciones climáticas podrían seguir siendo adversas en los próximos días. La respuesta a la emergencia ha sido rápida y organizada. Antes de la llegada de Yagi, aproximadamente 50,000 personas fueron evacuadas de las áreas de mayor riesgo. Además, casi medio millón de soldados han sido movilizados para ayudar en las labores de rescate y recuperación. Esta movilización masiva destaca la seriedad con que las autoridades vietnamitas están abordando la crisis, tratando de minimizar el impacto en la vida de los ciudadanos y en la infraestructura del país. Con la tormenta debilitándose, el aeropuerto Noi Ba de Hanói ha reanudado sus actividades normales, lo que ha permitido que el transporte aéreo vuelva a la normalidad. Las autoridades del aeropuerto informaron que los daños sufridos no han afectado las operaciones de vuelo, lo que es un alivio para los viajeros y para la economía del país, que depende en gran medida del transporte aéreo para el comercio y el turismo. Sin embargo, la situación no es igual en todas partes. En Hainan, donde Yagi pasó antes de llegar a Vietnam, el tifón dejó a más de 1.5 millones de hogares sin suministro eléctrico, lo que ha complicado la recuperación en esa región. Las autoridades chinas también están llevando a cabo las evaluaciones necesarias para determinar el alcance de los daños y coordinar la ayuda necesaria para los afectados. Mientras tanto, en Filipinas, el paso de Yagi ha dejado un saldo trágico de 20 muertos, 26 desaparecidos y 22 heridos. Las comunidades en Luzón están lidiando con las secuelas de la tormenta, y los equipos de emergencia continúan trabajando para encontrar a los desaparecidos y brindar asistencia a los que la han perdido todo. Este devastador camino de destrucción a través de varios países resalta la interconexión de las crisis climáticas en la región y la necesidad de un enfoque colaborativo en la gestión de desastres. La experiencia de Yagi es un recordatorio contundente de que los fenómenos meteorológicos extremos se están convirtiendo en una nueva normalidad en el Sudeste Asiático. Con el cambio climático exacerbando la frecuencia e intensidad de las tormentas, es fundamental que los gobiernos de la región trabajen juntos para desarrollar estrategias de mitigación y respuesta más efectivas, no solo para proteger a sus ciudadanos, sino también para salvaguardar el futuro de sus economías y entornos. La resiliencia y la preparación son ahora más cruciales que nunca en un mundo donde las tormentas como Yagi pueden surgir con poco aviso y causar estragos en su camino.

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