Icono del periodismo de jazz, Dan Morgenstern, fallece a los 94 años, dejando un legado perdurable.

Dan Morgenstern, una figura destacada en el mundo del periodismo y la investigación del jazz, falleció el sábado en Manhattan a la edad de 94 años, dejando un legado tan rico y matizado como la música que atesoraba. Su hijo, Josh, confirmó que la muerte de Morgenstern fue resultado de una insuficiencia cardíaca, poniendo fin a una vida notable dedicada a documentar la evolución del jazz. Morgenstern no era solo un escritor; era un puente entre generaciones de músicos y el público. Conocido por su prosa despretensiosa, documentó los sonidos del jazz con una profundidad que reflejaba su profundo entendimiento de la historia del género. Su humildad ocultaba el impacto monumental que tuvo en la literatura y la investigación del jazz. No siendo músico de formación, logró resonar profundamente con los artistas de los que escribía, forjando amistades con leyendas del jazz que aportaron autenticidad y perspectiva a su trabajo. Su prolífica carrera como escritor incluyó contribuciones a numerosas revistas y publicaciones, con un notable período como el último editor en jefe de Metronome y el editor fundador de Jazz magazine (más tarde conocida como Jazz & Pop). Sus reseñas adornaron las páginas de The New York Post y The Chicago Sun-Times, y desempeñó un papel crucial en la revista DownBeat, donde su mandato como editor en jefe de 1967 a 1973 incluyó la asombrosa cifra de 148 reseñas de discos. La experiencia de Morgenstern no se limitó solo a la impresión; también fue una voz solicitada en el mundo de los documentales de jazz, actuando como escritor, asesor y autoridad en pantalla para más de una docena de proyectos. Sus ensayos en las notas de los discos le valieron ocho premios Grammy, un testimonio de la claridad y pasión que aportó a sus análisis. En reconocimiento a sus contribuciones al campo, fue nombrado Maestro del Jazz por la Fundación Nacional de las Artes en 2007 y recibió tres premios Deems Taylor por su excelencia literaria. Sin duda, su legado más significativo radica en su papel como director del Instituto de Estudios de Jazz en la Universidad Rutgers-Newark desde 1976 hasta 2011. Bajo su liderazgo, el instituto se convirtió en el mayor repositorio de documentos, grabaciones y memorabilia de jazz en el mundo. Él concebía el instituto no solo como un lugar de investigación, sino como un vibrante centro para la preservación y celebración de la historia del jazz. Morgenstern a menudo expresaba su incomodidad con el término "crítico", prefiriendo verse a sí mismo como un defensor del jazz en lugar de un juez de sus méritos. En su libro "Living With Jazz", compartió su filosofía: "Mis lectores más entusiastas en mis primeros años fueron mis amigos músicos". Esta perspectiva moldeó su escritura y sus compromisos con la música, enfatizando la importancia de aprender de los artistas que la crearon en lugar de hacerlo únicamente a través de libros. Mientras el mundo del jazz llora la pérdida de Dan Morgenstern, reconoce no solo el vacío dejado por su partida, sino también la vasta riqueza de conocimiento y aprecio que cultivó a lo largo de su vida. Sus contribuciones seguirán inspirando a futuras generaciones de escritores, historiadores y, lo más importante, a los aficionados a la música jazz.