Respetar las Órdenes de No Reanimar: Un Paso Crucial para la Autonomía del Paciente en la Atención Médica

Respetar las Órdenes de No Reanimar: Un Paso Crucial para la Autonomía del Paciente en la Atención Médica

Desestimar las órdenes de No Reanimar (D.N.R.) durante una cirugía genera preocupaciones sobre la autonomía del paciente, lo que resalta la necesidad de una mejor comunicación y respeto en la atención.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Salud 07.09.2024

El reciente artículo que discute los casos en los que los médicos han ignorado las órdenes de "no resucitar" (D.N.R.) ha suscitado conversaciones vitales sobre la autonomía del paciente en los entornos médicos. Como destacó Samuel C. Seiden, un anestesiólogo en ejercicio, la suspensión automática de las órdenes de D.N.R. durante las cirugías no solo socava la autodeterminación del paciente, sino que también contradice las pautas éticas establecidas por organizaciones médicas prominentes desde la década de 1990. A pesar de la clara postura de la Sociedad Americana de Anestesiólogos, el Colegio Americano de Cirujanos y la Asociación de Enfermeras Registradas en el Perioperatorio en contra de esta práctica, esta persiste. Los cirujanos y anestesiólogos a menudo argumentan que ciertas emergencias durante la cirugía requieren intervenciones que entran en conflicto con los deseos expresados por el paciente. Si bien es cierto que pueden surgir problemas médicos imprevistos, como hemorragias severas o reacciones alérgicas, el principio fundamental de respetar los deseos preestablecidos de un paciente debe seguir siendo primordial. Los pacientes deben sentirse empoderados para expresar sus preferencias respecto a las medidas que salvan vidas durante el proceso de consentimiento antes de la cirugía. Este diálogo es crucial, asegurando que el tratamiento administrado esté alineado con los valores y deseos del paciente. Para muchos, esto incluye especificar ciertas medidas que desean evitar, permitiendo así un enfoque más personalizado en su atención, incluso en situaciones críticas. Además, las implicaciones más amplias de este problema reflejan una crisis significativa en la atención médica respecto a las intervenciones médicas no deseadas, particularmente al final de la vida. Los datos sugieren que alrededor de 25 millones de estadounidenses mayores de 50 años han experimentado tratamientos médicos excesivos o no deseados, lo que ejemplifica la urgente necesidad de un cambio sistémico en la forma en que los proveedores de atención médica abordan la atención al final de la vida. La demanda de responsabilidad está ganando fuerza, con casi dos tercios de las personas encuestadas expresando su apoyo a la retención de pagos a proveedores que no cumplen con los deseos de los pacientes. Este sentimiento subraya un creciente énfasis social en la necesidad de que los sistemas de atención médica se alineen con las expectativas en evolución de los pacientes. A medida que navegamos por estos dilemas éticos, es imperativo que los profesionales de la salud no solo reconozcan y honren las órdenes de D.N.R., sino que también participen en conversaciones significativas con los pacientes sobre sus preferencias de tratamiento. No hacerlo no solo pone en peligro la confianza en la profesión médica, sino que también va en contra de la esencia misma de la atención compasiva y centrada en el paciente. En conclusión, el discurso en torno a las decisiones al final de la vida debe evolucionar más allá del mero cumplimiento de los procedimientos médicos. Debe priorizar el derecho del paciente a dictar su atención, fomentando un entorno donde sus deseos sean respetados y mantenidos, incluso frente a emergencias médicas. Abogar por este cambio no es solo una responsabilidad profesional, sino un imperativo moral que habla sobre la dignidad y autonomía de cada paciente.

Ver todo Lo último en El mundo