Notre Dame enfrenta el desafío sonoro de Kyle Field contra Texas A&M en un enfrentamiento épico.

Notre Dame enfrenta el desafío sonoro de Kyle Field contra Texas A&M en un enfrentamiento épico.

A medida que Notre Dame se prepara para un desafiante enfrentamiento en el ruidoso Kyle Field de Texas A&M, su inexperta línea ofensiva enfrenta un reto significativo.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 29.08.2024

A medida que se acerca la tan esperada confrontación del sábado entre Notre Dame y Texas A&M en Kyle Field, la emoción que rodea el partido es palpable, especialmente en lo que respecta a los legendarios niveles de ruido del estadio. Reconocido como uno de los recintos más ruidosos del fútbol universitario, Kyle Field tiene una reputación que lo precede, convirtiéndose en un desafío formidable incluso para los equipos más experimentados. Tommy Rees, ahora entrenador asistente de los Cleveland Browns, recuerda su experiencia como coordinador ofensivo de Alabama durante una visita a Kyle Field el octubre pasado. Describió vívidamente la atmósfera como un "horno acústico ensordecedor", donde la cabina de prensa temblaba por la intensidad del rugido de la multitud. Durante ese partido, Alabama enfrentó una avalancha de false starts, un claro indicador del entorno abrumador. Ahora, mientras Notre Dame se prepara para aventurarse en este caldero sónico, las apuestas son aún más altas. Los irlandeses pisarán el campo con una línea ofensiva joven que cuenta con solo seis titulares en su carrera entre los jugadores proyectados. Esta falta de experiencia podría verse agravada frente a una multitud expectante que históricamente ha contribuido al éxito de Texas A&M contra oponentes clasificados. Como señaló acertadamente Rees, el partido del sábado podría ser incluso más ruidoso que el del año pasado, donde el nivel de ruido ya había cruzado el umbral de lo insoportable para los equipos visitantes. Kyle Field, con una capacidad de 102,733, no solo es grande, sino que también está meticulosamente diseñado para amplificar el sonido. Las renovaciones que concluyeron en 2015 mejoraron su factor de intimidación, creando un ambiente cerrado que atrapa el ruido. El diseño vertical permite que la energía de los aficionados se desplace hacia el campo, creando un entorno donde la comunicación se vuelve extremadamente difícil para la línea ofensiva. Antiguos entrenadores y arquitectos atestiguan esta característica única, destacando cómo el diseño del estadio atrapa el sonido y crea un efecto de "tazón", aumentando aún más la experiencia auditiva. Peter Kerrian, ingeniero mecánico y experto en acústica, elaboró sobre el fenómeno del ruido de la multitud, explicando cómo las voces colectivas de miles pueden amplificar los niveles de sonido, produciendo una cacofonía que disminuye la comunicación en el campo. Sus observaciones revelan que cuando el equipo local tiene el balón, los niveles de ruido se mantienen manejables para la comunicación, pero cuando los visitantes entran al campo, los niveles de decibelios se disparan, haciendo que el mariscal de campo sea casi inaudible. En preparación para el caos que se avecina, el coordinador ofensivo de Notre Dame, Mike Denbrock, ha implementado estrategias, incluyendo el uso de un aplauso para señalar las jugadas en lugar de depender de la comunicación verbal que podría perderse en la atmósfera. Sin embargo, este método presenta sus propios desafíos, especialmente para una línea ofensiva joven. El tiempo es crucial, y cualquier ligero retraso podría resultar en penaltis caóticos, un escenario de pesadilla para un equipo que ya enfrenta las presiones de un entorno hostil. Históricamente, Notre Dame ha mostrado resiliencia en entornos difíciles, como lo demuestra su único false start en el partido inaugural de la temporada del año pasado contra Ohio State. Sin embargo, Kyle Field presenta una bestia completamente diferente, que no solo cuenta con un "12º hombre", sino con una multitud bulliciosa que prospera en interrumpir el ritmo de los equipos visitantes. A medida que se acerca el inicio del partido, todas las miradas estarán puestas en cuán bien puede adaptarse Notre Dame al abrumador ruido y la presión que les espera en Kyle Field. Se han preparado lo mejor que han podido simulando condiciones de día de juego durante los entrenamientos, pero, en última instancia, la verdadera prueba será en el campo la noche del sábado. Queda por verse si este joven equipo puede resistir el ensordecedor rugido de uno de los recintos más icónicos del fútbol universitario y salir victorioso contra un equipo arraigado en la tradición y con un ferviente apoyo de aficionados.

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