Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La madrugada del 27 de agosto de 2024, a las 01:22:14 hora local, el Observatorio San Calixto (OSC) reportó un sismo intermedio de magnitud 4,2 en el departamento de Potosí, específicamente en la provincia Antonio Quijarro. Este evento sísmico, que se produjo a una profundidad hipocentral de 278.8 kilómetros, fue clasificado como un sismo de subducción, lo que sugiere que su impacto en la superficie sería mínimo. El epicentro del sismo se localizó a aproximadamente 11 kilómetros de Atocha, una localidad que, en condiciones normales, no suele estar expuesta a temblores de esta magnitud. A pesar de la cercanía, las características de profundidad del sismo reducen sustancialmente la posibilidad de que haya sido sentido por los habitantes de la región. El OSC también señaló que el sismo ocurrió a unos 30 kilómetros del cerro Chorolque y a 69 kilómetros de Cotaigata, lo que reafirma que el evento no representa una amenaza inminente para estas localidades. Los sismos de subducción, como el registrado en Potosí, son aquellos que ocurren cuando una placa tectónica se desplaza por debajo de otra. Este tipo de actividad sísmica es común en zonas donde las placas tectónicas son más activas, como es el caso de los Andes, donde Bolivia se encuentra. Sin embargo, a pesar de su magnitud, la profundidad del sismo disminuye considerablemente el riesgo de daños estructurales o de lesiones, al ser menos perceptible para la población. Desde el OSC se hace un llamado a la población para que mantenga la calma y esté informada sobre los eventos sísmicos, resaltando la importancia de contar con planes de emergencia y protocolos de seguridad. En muchas ocasiones, los sismos pueden ser precedidos o seguidos de otros movimientos telúricos, por lo que es fundamental estar preparados. La región de Potosí, como muchas otras en Bolivia, tiene una historia de actividad sísmica, la cual varía en frecuencia y magnitud. Sin embargo, eventos como el del día de hoy, que no causan daños significativos, son recordatorios de la necesidad de contar con infraestructura adecuada y de seguir desarrollando programas de educación sobre cómo actuar frente a un eventual sismo. Los expertos en sismología advierten que, aunque los sismos de menor magnitud y gran profundidad como el registrado hoy son menos preocupantes, no se debe subestimar la actividad sísmica en la región. La vigilancia constante y el monitoreo son cruciales para entender mejor el comportamiento de la tectónica de placas y sus implicaciones para las comunidades. La población de Potosí y de otras áreas cercanas ha manifestado su curiosidad respecto a este fenómeno natural, observando que, a pesar de vivir en una región propensa a temblores, muchas personas no han experimentado eventos significativos en los últimos meses. Esta situación ha llevado a un aumento en el interés por aprender sobre la ciencia detrás de los sismos y cómo se pueden prevenir sus efectos destructivos en caso de que se presenten temblores más fuertes. A medida que avanza la jornada, las autoridades locales y el OSC continuarán monitoreando la actividad sísmica en la región. La información oportuna y precisa es fundamental para mantener a la población tranquila y bien informada. Además, se recomienda a los ciudadanos que sigan las recomendaciones de seguridad y que estén atentos a los boletines emitidos por el OSC. En conclusión, el sismo intermedio de magnitud 4,2 registrado en Potosí es un recordatorio de la actividad tectónica que caracteriza la región andina. Aunque no ha generado preocupación entre la población, es esencial estar preparados y educados sobre cómo actuar en caso de un sismo más fuerte, para garantizar la seguridad y el bienestar de todos.