Terremoto de 5,3 en Lisboa despierta temores y llama a la preparación sísmica

Terremoto de 5,3 en Lisboa despierta temores y llama a la preparación sísmica

Un terremoto de magnitud 5,3 sacudió Lisboa, recordando la vulnerabilidad sísmica de la región y la necesidad de preparación ante desastres.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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A primera hora de la mañana de ayer, una sacudida de magnitud 5,3 en la escala Richter despertó a muchos habitantes de Lisboa y sus alrededores. El seísmo, que tuvo lugar a las 06:11 horas frente a la costa portuguesa, a unos 80 kilómetros de distancia y a una profundidad de 19 kilómetros, generó una ola de miedo que llevó a los lisboetas a abandonar sus hogares con mochilas al hombro. Aunque no se registraron daños significativos, la experiencia fue suficiente para recordar a la población la vulnerabilidad sísmica de la región. Las repercusiones del temblor no se limitaron a Portugal. Comunidades autónomas en Galicia, al noroeste de España, también sintieron la sacudida. Desde Vigo, varios vecinos reportaron la oscilación de lámparas y un leve movimiento de los muebles. Este evento subraya la importancia de la preparación ante desastres naturales, especialmente en una zona donde la sismicidad no es desconocida. Carlos González, experto en geología, señala que Galicia tiene un historial de actividad sísmica, aunque a menudo se subestima. En el pasado, se han registrado terremotos significativos en la región, como el de magnitud 5,1 en 1997 en Lugo, y otros de menor intensidad en diferentes localidades. Esto pone de manifiesto la necesidad de implementar normas de construcción sismorresistentes que protejan a la población. La pregunta sobre la causa de esta actividad sísmica en Galicia es inevitable. A pesar de no estar situada en una de las placas tectónicas más activas del planeta, la región se encuentra en la proximidad de la frontera entre la placa Euroasiática y la Africana. Esta interacción genera tensiones que, en ocasiones, se traducen en terremotos. Existen fallas geológicas en Lugo y en varias zonas de Portugal, lo que explica esta actividad sísmica. Uno de los temores más grandes que puede surgir de un seísmo de cierta magnitud es la posibilidad de un tsunami. Según los expertos, un terremoto de 6,5 o más es lo que típicamente podría desencadenar un tsunami. En este contexto, González explica que se han establecido sistemas de alerta para terremotos de magnitud inferior, con el objetivo de preparar a las comunidades costeras ante cualquier eventualidad. El terremoto de Lisboa de 1755, que tuvo una magnitud estimada de 8,5, es un recordatorio de lo que puede suceder en la región. Este evento histórico no solo devastó Lisboa, sino que también generó tsunamis que afectaron a las costas de varios países, lo que plantea la pregunta de si un desastre de tal magnitud podría repetirse. González advierte que, aunque no se puede predecir con certeza cuándo ocurrirá el próximo gran terremoto, se sabe que la energía acumulada en la corteza terrestre podría liberarse en cualquier momento. Los modelos matemáticos sugieren una recurrencia de entre 800 y 1,500 años para eventos de esta magnitud, pero son solo estimaciones. La incertidumbre que rodea a los terremotos es un desafío constante para científicos y autoridades. A pesar de los avances en la sismología, no existe un sistema efectivo que pueda predecir con precisión cuándo ocurrirá un terremoto. Las regiones más afectadas por sismos tienden a estar ubicadas en el llamado "Cinturón de Fuego", que abarca desde Filipinas y Japón hasta la costa oeste de América del Norte y del Sur. En estos lugares, los terremotos son un fenómeno habitual, con grandes eventos ocurriendo cada cinco o seis años. Sin embargo, en Europa, y específicamente en la península ibérica, la actividad sísmica es menos frecuente, lo que puede llevar a la complacencia. En cuanto a las normas de construcción sismorresistentes, González puntualiza que se esperaba una actualización de las mismas para 2024, pero esta no fue tramitada. La normativa actual está en vigor desde hace años y, aunque ha habido esfuerzos para mejorarla, se necesita una revisión urgente para asegurar la protección de las edificaciones. Finalmente, los expertos recomiendan la realización de simulacros y la preparación de planes de emergencia para afrontar situaciones de emergencia. En Japón, la cultura de la prevención está tan arraigada que se realizan simulacros periódicamente. En España, la falta de conciencia sobre esta problemática resalta la importancia de estar preparados. Desde tener un botiquín de emergencia hasta conocer las salidas de evacuación, la preparación puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte en caso de un desastre natural.

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