Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente conflicto en Gaza ha generado un profundo descontento entre algunos sectores de la población estadounidense, manifestándose en protestas masivas que han alcanzado incluso el corazón de la Convención Nacional Demócrata (CND) en Chicago. Este descontento podría tener implicaciones directas en la campaña de la actual vicepresidenta, Kamala Harris, quien aspira a la candidatura presidencial tras la sorpresiva renuncia de Joe Biden. El escenario político se torna más complejo a medida que las manifestaciones continúan, marcando una línea divisoria entre la lealtad a Israel y la preocupación por las vidas civiles en Gaza. Durante la CND, más de 200 organizaciones convocaron protestas en respuesta a lo que consideran una falta de acción por parte del gobierno de Biden en relación con el conflicto israelí-palestino. Las manifestaciones llevaron a la detención de varios activistas y a un reforzamiento de las medidas de seguridad en la convención. Este escenario plantea una pregunta crucial: ¿cómo afectará la presión y el descontento que emana de estas protestas a la campaña de Harris? Profundizando en la respuesta a esta pregunta, es importante considerar que el contexto actual de la política exterior de Estados Unidos ha llevado a un aumento de las manifestaciones, especialmente entre jóvenes votantes y miembros del partido Demócrata que se muestran disconformes con la postura del gobierno. Desde el ataque terrorista del 7 de octubre, la administración ha mantenido un "apoyo inquebrantable" a Israel, lo que ha generado un creciente clamor por un cambio en la política exterior. Harris, aunque ha adoptado una postura más crítica que su predecesor, ha intentado equilibrar su apoyo a Israel con el llamado a la responsabilidad por las muertes civiles en Gaza. Las reacciones a las posiciones de Harris son diversas. Por un lado, algunos analistas destacan su esfuerzo por reconocer la necesidad de una respuesta humanitaria en el conflicto. Sin embargo, entre los propios delegados demócratas, existe un número significativo de voces en contra del apoyo incondicional a Israel, subrayando la fragmentación en la base del partido respecto a este tema. Este descontento podría traducirse en un desafío para Harris, quien busca consolidar su posición antes de las elecciones de 2024. Adicionalmente, el descontento entre los votantes jóvenes es palpable. Una encuesta reciente reveló que el 45% de los votantes menores de 30 años rechaza la postura adoptada por la administración Biden en relación con el conflicto. A pesar de esto, los analistas coinciden en que los problemas prioritarios que motivan a los electores son, en su mayoría, económicos y sociales, lo que podría amortiguar el impacto que la crisis en Gaza tiene sobre la campaña de Harris. El temor a que el conflicto en el Medio Oriente desvíe la atención de otros temas más acuciantes se refleja en la opinión de la politóloga Nevena Trajkov, quien enfatiza que la mayoría de los votantes no están emitiendo su voto basándose en lo que sucede en Gaza. En cambio, se enfocan en cuestiones como la economía, la inmigración y la protección de la democracia. De este modo, aunque la crisis actual es una preocupación, es poco probable que defina la elección. Durante la campaña, Harris ha tratado de posicionarse como una voz moderada, abogando por un alto al fuego y condenando las muertes civiles, mientras garantiza su apoyo a Israel. Sin embargo, la presión de los grupos activistas podría intensificarse a medida que se acerque la elección, especialmente si la administración no muestra un cambio significativo en su política hacia el conflicto. Las dinámicas en estados clave como Michigan, donde reside una gran población árabe-estadounidense, también añaden una capa de complejidad. Aunque muchos de estos votantes son tradicionalmente demócratas, la falta de satisfacción con la respuesta de Biden y Harris a la crisis en Gaza podría llevar a algunos a buscar alternativas, incluso en el partido republicano. Este escenario presenta un dilema para Harris, quien necesita consolidar el apoyo entre grupos diversos mientras navega las aguas turbulentas de la política exterior. Finalmente, el futuro de la campaña de Kamala Harris dependerá en gran medida de su capacidad para equilibrar las diversas preocupaciones de los votantes y responder a las demandas de quienes exigen un cambio en la política exterior. Las protestas y el descontento actual son solo una parte del rompecabezas, pero representan un síntoma de una base demócrata que busca congruencia entre principios y acciones. En última instancia, el desafío de Harris será encontrar este equilibrio mientras se prepara para la batalla electoral de 2024.