Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La reciente declaración de emergencia de salud pública por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el mpox marca una escalada significativa en la respuesta global a esta enfermedad infecciosa. Apenas dos años después de la última alerta de emergencia, el brote actual, centrado en la República Democrática del Congo (RDC) y que afecta a casi una docena de naciones africanas, está impulsado por el clado 1 del virus, que es más virulento. Los expertos han expresado su alarma, especialmente porque Suecia reportó su primer caso de clado 1 fuera de África esta semana, lo que resalta el potencial de propagación internacional. El mpox, anteriormente conocido como viruela símica, es una enfermedad viral caracterizada por erupciones cutáneas y lesiones mucosas. En su forma severa, puede llevar a complicaciones graves como inflamación cerebral y sepsis, con riesgo de fatalidad. Clasificada como una enfermedad zoonótica, el mpox se transmite de animales a humanos, lo que genera preocupaciones considerables sobre su potencial para desencadenar pandemias. El virus, descubierto en 1958, ha tenido casos humanos desde 1970, y sus mecanismos de transmisión incluyen el contacto con individuos o materiales infectados, especialmente durante interacciones íntimas. El resurgimiento del mpox ha sido alarmante, con los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (Africa CDC) reportando más de 17,000 casos sospechosos y 500 muertes en al menos 12 países, aunque esto probablemente sea una subestimación. El brote actual es particularmente preocupante porque involucra el virus del clado 1, específicamente la cepa clado 1b, asociada con tasas de mortalidad y transmisión más altas en comparación con el clado 2, que era el previamente prevalente. En respuesta a la creciente crisis, la OMS está convocando una reunión de emergencia para abordar la distribución equitativa de pruebas, tratamientos y vacunas. Los expertos enfatizan la urgencia de una intervención temprana mientras la enfermedad siga geográficamente confinada. Las medidas preventivas, que incluyen el aislamiento y la sanitización, son críticas para frenar la propagación, especialmente dado que la cepa del clado 1 parece estar vinculada a la transmisión sexual en la RDC. La OMS está colaborando con el Africa CDC y otras organizaciones para controlar el brote mediante una vigilancia mejorada y esfuerzos de atención al paciente. Sin embargo, los desafíos son numerosos, particularmente en regiones afectadas por conflictos como el este de la RDC, donde los sistemas de salud ya están sobrecargados por la desnutrición y otras enfermedades. Los recursos financieros son primordiales; la OMS ha asignado 1.45 millones de dólares de su fondo de emergencia, pero señala la necesidad de al menos 15 millones de dólares más para gestionar eficazmente el brote. La vacunación es otra estrategia crucial para mitigar la crisis. La OMS ha recomendado dos vacunas para el mpox, y aunque la RDC y Nigeria han aprobado su uso, los acuerdos de suministro aún están en proceso. Bavarian Nordic, un fabricante de vacunas, ha declarado que puede proporcionar 10 millones de dosis para finales de 2025, siempre que se realicen pedidos suficientes. La Unión Europea se ha comprometido a enviar 215,000 dosis de vacunas al Africa CDC, pero los expertos advierten que iniciativas de vacunación más amplias son vitales para prevenir futuros brotes. Si bien el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades ha indicado que el riesgo de transmisión sostenida de mpox en Europa es bajo, siempre que los casos importados sean diagnosticados rápidamente, el espectro de un brote más generalizado sigue presente. Además, los desafíos de salud pública en regiones gravemente afectadas como la RDC, donde la mayoría de los casos son en niños menores de 15 años, subrayan la urgente necesidad de recursos y apoyo integral. A medida que el mundo lidia con los efectos persistentes de la pandemia de COVID-19, asegurar que las naciones más impactadas por el mpox reciban recursos adecuados es una tarea desalentadora pero esencial. La aparición de esta nueva amenaza para la salud, particularmente entre poblaciones vulnerables, plantea profundas preocupaciones sobre la trayectoria futura de las enfermedades infecciosas y la respuesta de salud global.