Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Mundo 01.12.2023
En un artículo reciente, el fallecido diplomático estadounidense Henry Kissinger fue descrito como "el seductor definitivo" debido a sus supuestas relaciones románticas con numerosas celebridades estadounidenses. Kissinger, quien falleció a los 100 años, era conocido por su famosa frase "el poder es el afrodisíaco definitivo" y aprovechó su fama y poder estatal para entablar relaciones con estrellas de Hollywood como Zsa Zsa Gabor, Candice Bergen y Shirley MacLaine.
Antes de ascender a la prominencia como asesor de seguridad nacional del presidente Richard Nixon, Kissinger visitaba con frecuencia Santa Mónica para consultar con la Rand Corporation. Sin embargo, una vez nombrado por Nixon en 1969, su perfil se disparó, dándole acceso al brillo y glamour de Hollywood. Kissinger tuvo vínculos románticos con estrellas como Marlo Thomas, Liv Ullman y Jill St. John, con quien tuvo la relación más significativa. La pareja incluso fue el centro de atención en una recaudación de fondos de Hollywood para la campaña de Nixon en 1972.
A pesar del controvertido papel de Kissinger en la Guerra de Vietnam y el alto número de bajas estadounidenses, su reputación como mujeriego se mantuvo intacta. De hecho, una encuesta de 1972 entre las conejitas del Playboy Club lo clasificó como el hombre con quien más les gustaría tener una cita. La estrecha amistad de Kissinger con el jefe de Paramount, Robert Evans, también dio lugar a conversaciones divertidas sobre Hollywood y asuntos internacionales. A pesar del tumultuoso clima político, Kissinger asistió al estreno en Nueva York de El Padrino a petición de Evans, causando retrasos debido a la cantidad de personas que querían ser vistas hablando con el asesor de seguridad nacional del presidente.
Las aventuras románticas de Kissinger también involucraron a Zsa Zsa Gabor, quien afirma que el presidente Nixon hizo de celestina entre ellos. Sin embargo, sus planes a menudo se veían interrumpidos debido a eventos políticos, como el bombardeo secreto de Camboya. La actriz Sally Kellerman, inicialmente repulsada por la idea de una cita con Kissinger, se vio atraída por su encanto e ingenio después de sentarse junto a él en una cena. A pesar de las controversias que lo rodeaban, el carisma de Kissinger parecía tener un impacto duradero en aquellos que se encontraban con él.
Así que parece que la influencia de Kissinger se extendía más allá del ámbito político y hacia el glamuroso mundo de Hollywood. Amado u odiado, una cosa es segura: Henry Kissinger sabía cómo hacer que las chispas volaran, tanto en el escenario global como en los brazos de algunas de las estrellas más seductoras de la industria del entretenimiento.
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