A prueba de desastres en Filipinas: cómo una provincia y el gobierno están liderando el camino en la preparación ante desastres.
Vivir en Filipinas conlleva sus propios desafíos, principalmente debido a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico y a lo largo del Cinturón de Tifones. Sin embargo, la provincia de Albay está liderando el camino en la preparación para desastres, reconocida por las Naciones Unidas como un modelo global en adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres. El gobierno, a través del Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres, también está avanzando en la minimización del impacto de los desastres mediante la implementación de programas y la creación de mapas de peligros geológicos. Estos esfuerzos han dado como resultado una menor cantidad de víctimas mortales y una distribución más efectiva de suministros durante las calamidades. Con inversiones y dedicación continuas, Filipinas está en el camino correcto para garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
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Vivir en Filipinas puede ser un viaje de montaña rusa, y no solo por sus impresionantes playas y deliciosa comida. Este archipiélago no es ajeno a los desastres y calamidades, gracias a su ubicación en el Cinturón de Fuego del Pacífico y a lo largo del Cinturón de Tifones. Con docenas de tifones y varios volcanes activos, la gestión de desastres y los planes de preparación son imprescindibles tanto para el gobierno nacional como para las unidades gubernamentales locales.
Una zona que ha llevado la preparación para desastres al siguiente nivel es Albay. Esta provincia se ha convertido en un ejemplo destacado de cómo mitigar el impacto de las calamidades mediante planes de evacuación infalibles y preparación general. De hecho, las Naciones Unidas han reconocido a Albay como su Modelo Global en adaptación al cambio climático y reducción del riesgo de desastres. Esta provincia ha invertido en fortalecer la infraestructura e implementar sistemas de alerta temprana, asegurándose de estar bien equipada cuando ocurre un desastre.
Pero no es solo Albay quien está avanzando en la preparación para desastres. El gobierno filipino, a través del Consejo Nacional de Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres, ha estado tomando medidas para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. Desde la creación de programas de respuesta a terremotos hasta el desarrollo de mapas de peligros geológicos, el gobierno está avanzando en la minimización del impacto de los desastres. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer, como hacer cumplir estrictamente las regulaciones de construcción y garantizar que los recursos esenciales estén disponibles en caso de un terremoto.
Afortunadamente, estos esfuerzos están dando resultados. Filipinas ha visto una menor cantidad de muertes y una distribución de suministros más efectiva a las familias afectadas. En 2014, el tifón Ruby golpeó Samar Oriental y Masbate, pero gracias a las preparaciones anticipadas y una respuesta de evacuación rápida, se mitigaron los daños. Más de 1 millón de filipinos fueron trasladados fuera del camino de Ruby, en comparación con los 125,000 evacuados durante el tifón Haiyan en 2013. Este éxito es un testimonio del compromiso del gobierno con la preparación para desastres.
Así que, aunque vivir en Filipinas puede presentar sus desafíos, es bueno saber que se están haciendo esfuerzos para suavizar el golpe de los desastres y calamidades. Con inversiones continuas en preparación y la dedicación tanto de instituciones gubernamentales como no gubernamentales, Filipinas está en el camino correcto para garantizar la seguridad y el bienestar de sus ciudadanos.