Columbia destina 200 millones para resolver acusaciones de antisemitismo y restaurar fondos

Columbia destina 200 millones para resolver acusaciones de antisemitismo y restaurar fondos

Columbia es la primera universidad en llegar a un acuerdo negociado sobre acusaciones de antisemitismo.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Política 24.07.2025

La Universidad de Columbia ha dado un paso significativo al anunciar su decisión de pagar 200 millones de dólares para resolver las acusaciones de antisemitismo que habían sido planteadas en su contra por la Administración de Donald Trump. Este acuerdo, que se ha formalizado el miércoles, es visto como un intento de la universidad por limpiar su imagen y restaurar las relaciones con el gobierno federal, que anteriormente había suspendido importantes subvenciones y contratos por alegaciones de inacción ante el acoso a estudiantes judíos.


La presidenta interina de la universidad, Claire Shipman, destacó en un comunicado que este acuerdo representa un avance crucial tras un período de intensa atención federal y la incertidumbre institucional que se había generado. En sus declaraciones, Shipman enfatizó que el pacto no solo busca poner fin a las disputas legales, sino también preservar los valores que definen a Columbia y reanudar sus colaboraciones de investigación con el gobierno.


Las acusaciones de antisemitismo contra la institución comenzaron a aflorar tras el ataque terrorista de Hamás contra Israel el 7 de octubre de 2023. A raíz de este ataque, se produjeron manifestaciones pro-Palestina en las universidades estadounidenses, siendo Columbia una de las más destacadas en visibilidad y participación. Esta oleada de eventos sociales generó un clima de tensión y polarización, lo que propició que la administración federal interviniera.


El acuerdo que se ha alcanzado no solo cierra un capítulo de investigaciones sobre derechos civiles que afectaban a la universidad, sino que también será supervisado por un monitor independiente. Este monitor, acordado por ambas partes, tendrá la responsabilidad de informar al gobierno sobre el progreso de la universidad cada seis meses, lo que añade un elemento de transparencia a la resolución del conflicto.


La secretaria de Educación, Linda McMahon, ha calificado el acuerdo como "histórico" y ha comentado que las universidades en Estados Unidos, antes de la llegada de Trump, habían estado permeadas por una narrativa opuesta a los valores occidentales. Este tipo de retórica ha resonado en un contexto más amplio, donde se han cuestionado los métodos pedagógicos y la libertad académica en las instituciones de educación superior.


Además de los 200 millones de dólares que se destinarán a resolver las acusaciones de antisemitismo, Columbia se ha comprometido a pagar 21 millones de dólares más para abordar investigaciones iniciadas por la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos. Esta situación económica refleja la magnitud del desafío que enfrenta la universidad en su intento por salir fortalecida de un episodio controvertido.


Shipman subrayó que el acuerdo permitirá restablecer la mayoría de los fondos federales para investigación que habían sido suspendidos, cifra que asciende a 400 millones de dólares. La presidenta interina también ha asegurado que el pacto respeta la autonomía de la universidad en áreas cruciales como la contratación de personal académico y las decisiones de admisión.


Este desenlace es especialmente relevante considerando que Columbia se convierte en la primera universidad en alcanzar un acuerdo negociado sobre acusaciones de antisemitismo. En contraste, otras instituciones como Harvard han optado por llevar sus disputas ante los tribunales, mientras todavía están en negociaciones para la restauración de sus fondos.


Con el resto de las universidades observando esta situación, el acuerdo podría establecer un precedente sobre cómo se manejan este tipo de acusaciones en el futuro. La reacción de la comunidad académica y de los estudiantes será crucial para evaluar si este acuerdo logra satisfacer las preocupaciones de todos los involucrados.


El contexto más amplio de la política educativa y las dinámicas sociales dentro de las universidades estadounidenses seguirá evolucionando. Sin embargo, para Columbia, esta resolución marca el inicio de un nuevo capítulo, en el que esperarán equilibrar su compromiso con la libertad académica y el respeto por la diversidad y los derechos de todos los estudiantes.

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