Revelaciones de Ghislaine Maxwell reavivan el caso Epstein y sus conexiones poderosas

Revelaciones de Ghislaine Maxwell reavivan el caso Epstein y sus conexiones poderosas

Ghislaine Maxwell habló sobre si existía o no una lista de clientes de Epstein y comentó la relación del financiero con Donald Trump y Bill Clinton.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Mundo 25.08.2025

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha hecho pública recientemente una entrevista a Ghislaine Maxwell, exasociada del fallecido financiero Jeffrey Epstein, quien enfrentó acusaciones de tráfico de menores. En esta reveladora conversación, Maxwell aborda no solo el legado oscuro de Epstein, sino también sus vínculos con figuras prominentes de la política y la realeza, lo que ha generado un renovado interés en el caso y las implicaciones que ha tenido en la sociedad.


Una de las afirmaciones más impactantes de Maxwell es su escepticismo respecto a la versión oficial de la muerte de Epstein, quien fue encontrado muerto en su celda en 2019. “No creo que muriera por suicidio”, afirmó, sugiriendo que, si se tratara de un asesinato, podría haber sido un asunto interno. La excolaboradora se mostró firme en su postura, describiendo la teoría del suicidio como absurda y cuestionando el motivo detrás de su muerte, lo que abre un nuevo debate sobre las circunstancias que rodearon su final.


Sobre los lazos de Epstein con figuras políticas, Maxwell sostuvo que aunque Donald Trump y Epstein mantenían una relación cordial, no eran amigos cercanos. “Creo que eran amistosos, como la gente lo es en entornos sociales”, comentó, enfatizando que nunca vio a Trump en situaciones inapropiadas relacionadas con Epstein. Esta aclaración parece tener como objetivo distanciar al expresidente de las acusaciones que han surgido en torno a su vínculo con el financiero.


En cuanto al expresidente Bill Clinton, Maxwell fue contundente al afirmar que “no estuvo absolutamente nunca” en la isla privada de Epstein, donde se alega que ocurrieron múltiples abusos. Esta declaración intenta desmarcar a Clinton de la controversia y limitar su conexión con Epstein a una relación que, según ella, no era directa. La insistencia de Maxwell en que Clinton era amigo de ella, y no de Epstein, invita a la reflexión sobre las complejidades de las relaciones en el poder.


La figura del príncipe Andrés también fue objeto de discusión, y Maxwell expresó su creencia de que la famosa fotografía que lo vincula con la denunciante Virginia Giuffre es “literalmente una foto falsa”. Esta defensa del príncipe, quien ha enfrentado múltiples acusaciones, junto con su distanciamiento de la verdad, plantea interrogantes sobre la autenticidad de las pruebas en casos de abuso de este tipo.


En un aspecto que ha intrigado a muchos, Maxwell abordó la posibilidad de que Epstein estuviera vinculado con agencias de inteligencia extranjeras, como el Mossad israelí. Su respuesta fue un escéptico “No lo creo, pero no lo sabría”, lo que deja abiertas las especulaciones sobre la red de relaciones que pudo haber tejido Epstein a lo largo de su vida.


Una de las preguntas más candentes que surgió durante la entrevista fue la existencia de una lista de clientes de Epstein. Maxwell negó rotundamente que tal lista existiera y se refirió a rumores que comenzaron en 2009, sugiriendo que las afirmaciones sobre documentos comprometedores eran infundadas. Esto podría ser un intento de proteger a figuras que podrían estar implicadas en el escándalo, lo que deja a la opinión pública con más preguntas que respuestas.


A lo largo de la entrevista, Maxwell no escatimó en calificar a Epstein como “repugnante”, aunque se cuidó de matizar que no creía que fuera culpable de todas las acusaciones en su contra. Esta ambivalencia en su discurso parece reflejar un intento de distanciarse del legado de Epstein mientras, al mismo tiempo, defiende su imagen en ciertos aspectos.


Con toda esta información trascendida, el caso Epstein parece lejos de cerrarse. Las declaraciones de Maxwell no solo ofrecen una mirada a su complicada relación con el finado financiero, sino que también reavivan el interés por desentrañar la verdad detrás de las múltiples alegaciones. La intersección entre poder, abuso y silencio en este contexto pone de manifiesto la necesidad de una discusión más amplia sobre las dinámicas de abuso de poder en nuestra sociedad.


Mientras las autoridades continúan investigando y analizando las revelaciones de Maxwell, queda claro que la búsqueda de justicia y verdad seguirá siendo un tema candente en los próximos meses. La complejidad de las relaciones y las narrativas que rodean a Epstein y sus posibles cómplices continúan suscitando un debate que no solo afecta a las figuras implicadas, sino que resuena en un contexto social que demanda respuestas claras y precisas sobre estos graves delitos.

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