Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un movimiento significativo que ha suscitado controversia y profundizado las divisiones políticas, los republicanos de Carolina del Norte han anulado el veto del gobernador Roy Cooper a un proyecto de ley que consolida su poder sobre las elecciones y los nombramientos judiciales. La legislación, apodada "Ayuda ante Desastres", ha recibido críticas por su contenido, ya que solo una fracción de sus disposiciones aborda directamente las necesidades de las comunidades afectadas por el huracán Helene. La anulación, ejecutada de acuerdo con estrictas líneas partidarias con un voto de 72 a 46, se produce mientras el Partido Republicano busca consolidar su influencia en Carolina del Norte tras recientes reveses electorales. Aunque Donald Trump aseguró el estado en las últimas elecciones presidenciales, los republicanos no lograron victorias en carreras clave, incluyendo las de gobernador y fiscal general. El representante estatal Tim Moore, el saliente presidente republicano de la Cámara, reconoció abiertamente que el proyecto de ley fue elaborado para mejorar las oportunidades republicanas en futuras elecciones. La legislación altera significativamente la estructura de la junta electoral estatal, trasladando los poderes de nombramiento del gobernador al auditor estatal, quien será un republicano el próximo año. Este cambio se anticipa que conducirá a una junta predominantemente controlada por el G.O.P., marcando un alejamiento de su actual composición bipartidista. Además, la ley impone restricciones a la capacidad del gobernador para cubrir vacantes judiciales, limitando las opciones a candidatos nominados por el partido del juez saliente, y reduce la capacidad del fiscal general para impugnar leyes promulgadas por la legislatura. Los críticos han condenado el proyecto de ley como un claro intento de acaparar poder, argumentando que socava los principios de un gobierno equilibrado. Este sentimiento fue compartido por los líderes demócratas en la legislatura, quienes expresaron frustración por lo que describen como una tendencia de una década de creciente control republicano. "Si no tenemos tres ramas de gobierno coiguales, ¿cómo podemos mirar a la gente a la cara y decirles que tienen una democracia funcional?" preguntó el representante estatal Robert T. Reives. A medida que se acercaba la votación, estallaron protestas fuera de la cámara, con manifestantes pidiendo una verdadera ayuda ante desastres en lugar de lo que caracterizaban como tácticas de supresión de votantes. Muchos residentes del oeste de Carolina del Norte, aún recuperándose de la devastación del huracán, han expresado su decepción por el hecho de que las maniobras políticas estén ocupando un lugar prioritario sobre las urgentes necesidades de recuperación. Los líderes locales, incluidos aquellos de las áreas afectadas, han criticado a la legislatura por no proporcionar suficiente ayuda, a pesar de las aprobaciones anteriores que suman $877 millones en asistencia para la recuperación. En respuesta a la reacción negativa, los funcionarios republicanos han defendido la legislación como un paso necesario para gestionar las complejidades de los procesos electorales y la recuperación ante desastres. El próximo presidente de la Cámara, Destin Hall, afirmó que si bien la asistencia financiera inmediata es crucial, también es igualmente importante evaluar cuidadosamente los extensos daños antes de dirigir fondos. A medida que el panorama político en Carolina del Norte evoluciona, los demócratas han prometido impugnar la nueva ley en los tribunales, afirmando que invade los derechos constitucionales y socava las prácticas electorales justas. La tensión entre los partidos es palpable, ya que ambos lados se preparan para una sesión legislativa contenciosa, intensificada por los esfuerzos de recuperación en curso tras el huracán Helene y las implicaciones de las nuevas leyes promulgadas sobre la democracia en Carolina del Norte.