Boric en la ONU: Chile no puede recibir más migrantes venezolanos por crisis económica

Boric en la ONU: Chile no puede recibir más migrantes venezolanos por crisis económica

Boric volvió a referirse al gobierno de Maduro como una “dictadura” y a abogar por una “transición pacífica a una democracia”.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 25.09.2024

En un contexto de creciente crisis migratoria, el presidente de Chile, Gabriel Boric, ha realizado una declaración contundente en la Asamblea General de la ONU. Al abordar la situación de los migrantes venezolanos, Boric subrayó que su país "no está en condiciones de recibir más migración", una afirmación que refleja tanto las limitaciones económicas de Chile como la presión que enfrenta debido a la llegada masiva de ciudadanos venezolanos que huyen de la crisis en su país.


Durante su intervención, Boric no escatimó en críticas hacia las sanciones impuestas por Estados Unidos, que, según él, agravan la situación en Venezuela y son responsables de llevar a más de siete millones de personas al exilio. "Las sanciones económicas golpean más al pueblo venezolano que a sus actuales gobernantes", afirmó, resaltando que estas medidas impactan de manera desproporcionada a los más vulnerables de la sociedad venezolana.


La situación de los migrantes en Chile se ha vuelto insostenible, con cerca de 800,000 venezolanos ya establecidos en el país. Boric, consciente del desafío que esto representa, enfatizó su responsabilidad al comunicar que Chile no puede asumir más migrantes en este momento. Este posicionamiento es un reflejo de la presión social y política que enfrenta el gobierno chileno ante la llegada de un número creciente de refugiados.


Boric también se erigió como uno de los más firmes opositores al régimen de Nicolás Maduro, a quien calificó de "dictadura". Esta postura no es nueva, ya que varios líderes latinoamericanos han desconocido la legitimidad de la reciente reelección de Maduro, considerándola fraudulenta. La crítica abierta hacia el gobierno venezolano resuena con la necesidad de una transición pacífica hacia la democracia en el país caribeño.


Sin embargo, la posición de Boric en la ONU no solo se limitó a criticar a Maduro. También hizo un llamado a las autoridades estadounidenses para que reconsideren las sanciones económicas que, a su juicio, no solo perpetúan la pobreza en Venezuela, sino que también agravan el conflicto. Este llamado al diálogo y a la revisión de políticas se alinea con la idea de que las soluciones deben ser estructurales y no meramente punitivas.


En un momento donde la crisis migratoria se ha convertido en un tema candente en la región, Boric defendió la necesidad de una respuesta coordinada y compasiva. En este sentido, su discurso se posiciona entre la defensa de los derechos de los migrantes y la realidad de un país que enfrenta sus propios desafíos económicos y sociales. La dificultad de equilibrar estos factores será un tema recurrente en el debate político chileno.


El discurso del presidente chileno también tocó temas más amplios, como la reestructuración del Consejo de Seguridad de la ONU. Boric propuso que países como Brasil, India y una nación africana obtengan un asiento permanente en este organismo, sugiriendo que las instituciones deben adaptarse a las realidades contemporáneas para mantener su relevancia y eficacia.


Su afirmación de que “las instituciones humanas dependen de la voluntad de sus líderes” resuena en un momento donde la gobernanza global se enfrenta a desafíos sin precedentes. Al abogar por reformas en la ONU, Boric se presenta no solo como un líder de su nación, sino como un actor en el escenario internacional que busca promover un orden más justo y equitativo.


La situación de los migrantes venezolanos es un símbolo de las tensiones actuales en América Latina, donde las crisis políticas, económicas y sociales se entrelazan. El gobierno chileno, bajo la dirección de Boric, deberá navegar cuidadosamente en este paisaje complicado, buscando un equilibrio entre la solidaridad con los migrantes y la capacidad de su propia nación para manejar una situación que sigue evolucionando.


Con su intervención en la ONU, Gabriel Boric ha dejado claro que la crisis venezolana y sus repercusiones migratorias necesitan atención urgente y soluciones colaborativas. La comunidad internacional, y en particular los Estados Unidos, tienen un papel crucial que desempeñar si se desea mitigar este desafío humanitario que afecta a millones de personas.

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