Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un clima internacional marcado por tensiones y alianzas estratégicas, el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, ha manifestado su postura frente a la guerra en Ucrania y las ayudas militares de Estados Unidos a este país. Durante una reciente visita del primer ministro de Defensa ruso, Andrei Belousov, a Pyongyang, Kim no dudó en calificar el apoyo de Washington a Ucrania como "actos irresponsables que prolongan el conflicto y amenazan a toda la humanidad". Esta declaración resuena en un contexto donde la comunidad internacional se fragmenta entre diferentes bloques de poder. Kim Jong Un reafirmó su inquebrantable apoyo a Rusia y al presidente Vladimir Putin, enfatizando su compromiso con la "integridad territorial" de Moscú. Aseguró que las acciones de Estados Unidos y sus aliados al enviar armamento a Ucrania constituyen una intervención militar que agrava la contienda y que, en su opinión, debería ser condenada por la comunidad global. Con estas palabras, Kim busca consolidar su imagen como un aliado fiel de Rusia en medio de un panorama internacional cada vez más polarizado. El momento de estas declaraciones es significativo, dado que se producen poco después de que el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, se reuniera con una delegación ucraniana para discutir la posibilidad de que tropas norcoreanas sean enviadas a Rusia. Esto indica que las relaciones geopolíticas en la región de Asia del Este están evolucionando rápidamente, y el papel de Corea del Norte como un actor geopolítico está ganando relevancia en el contexto del conflicto. Por su parte, Rusia ha denunciado que las fuerzas ucranianas han llevado a cabo ataques en su territorio utilizando misiles de fabricación occidental, alegando que esto escalaría la guerra a un "conflicto global". La retórica de Putin y de sus funcionarios, que enfatizan la amenaza que estas acciones representan, parece buscar un respaldo más amplio para justificar sus propias operaciones en Ucrania y reforzar su imagen ante el Kremlin. La visita de Belousov a Pyongyang también refleja un acercamiento significativo entre Rusia y Corea del Norte, donde el primer ministro de Defensa ruso expresó su agradecimiento por el compromiso de Kim Jong Un de profundizar los lazos entre ambos países. Este tipo de relaciones, según Belousov, son la manifestación de una política exterior independiente que Corea del Norte ha sabido mantener en medio de presiones internacionales. En este contexto, el Tratado de Asociación Estratégica Integral entre Rusia y Corea del Norte cobra relevancia. La celebración del 80º aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria y la liberación de Corea de la ocupación japonesa se perfila como una oportunidad para reforzar la narrativa histórica y la cooperación entre ambos países. Esta conmemoración, para muchos, simboliza los lazos profundos que han existido y que, ahora más que nunca, buscan ser revitalizados. El discurso de Kim y la respuesta de Belousov también sugieren que el Kremlin está dispuesto a fortalecer su posición no solo en el ámbito militar, sino también en el campo económico, buscando aliados que están dispuestos a desafiar el orden internacional promovido por Estados Unidos y sus socios. Esto podría significar que la colaboración entre Moscú y Pyongyang pueda extenderse más allá del ámbito militar, abriendo las puertas a nuevas alianzas en comercio y tecnología. Al mismo tiempo, el mensaje que envían ambos líderes a la comunidad internacional es claro: están dispuestos a consolidar su alianza en un momento crítico donde la tensión entre Occidente y Rusia sigue en aumento. Este fortalecimiento de la relación entre Corea del Norte y Rusia debe ser observado detenidamente, ya que podría tener repercusiones en la estabilidad de la región de Asia-Pacífico y en el equilibrio de poder global. En conclusión, mientras la guerra en Ucrania continúa y las tensiones entre las grandes potencias se intensifican, la postura de Kim Jong Un de apoyo a Rusia y la condena de las acciones de Estados Unidos marcan un giro en el escenario geopolítico. La alineación entre estos dos países, junto a una retórica inflamatoria, podría estar sentando las bases de un nuevo bloque de resistencia frente a lo que cada vez más se percibe como un orden mundial en crisis. La comunidad internacional permanece atenta, aunque la división y el conflicto parecen estar lejos de resolverse.