Creciente tensión en Medio Oriente: Israel desafía llamados a la paz internacional

Creciente tensión en Medio Oriente: Israel desafía llamados a la paz internacional

El Gobierno de Netanyahu aspira a eliminar a Hamás y Hezbolá y abrir la puerta a un nuevo orden en Oriente Próximo, improbable sin una solución justa para los palestinos

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Guerra HACE 2 HORAS

La situación en el Medio Oriente continúa deteriorándose, mientras Israel, bajo la dirección del primer ministro Benjamín Netanyahu, parece embarcarse en una peligrosa "huida hacia adelante". Luego de un año marcado por la violencia devastadora y los altos niveles de muerte, la comunidad internacional observa con creciente preocupación cómo las tensiones entre Israel, Hezbolá e Irán escalan a niveles alarmantes. La reciente declaración del ministro francés de Asuntos Exteriores en Beirut sobre un alto al fuego de 21 días entre Israel y Hezbolá subraya la urgencia de una solución pacífica. Sin embargo, Netanyahu ha optado por desafiar abiertamente esas recomendaciones, rechazando una mediación que podría ayudar a mitigar el conflicto.


Este desafío se hizo evidente el 27 de septiembre, cuando un ataque aéreo israelí resultó en la muerte del líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, dando inicio a una invasión terrestre en Líbano. Las acciones israelíes han continuado a pesar de las advertencias de Washington, cuyo presidente, Joe Biden, ha reiterado su apoyo a Israel pero también ha expresado la necesidad de evitar una guerra más amplia en la región. Sin embargo, las “recomendaciones” de EE. UU. han sido recibidas con desdén por parte del gobierno israelí, que parece decidido a avanzar en su agenda militar.


Steven Cook, del think tank Consejo de Relaciones Exteriores, sostiene que Israel ha creído que ha debilitado lo suficiente a Hamás y ahora dirige su atención hacia Hezbolá e Irán. Este enfoque no solo es arriesgado, sino que también muestra una falta de consideración hacia las graves consecuencias humanitarias que sus acciones están causando en Gaza y Líbano. A medida que los bombardeos israelíes han dejado un saldo devastador de más de 41,000 muertos en Gaza, la imagen de Israel como víctima se ha transformado en la de un verdugo en el panorama internacional.


La respuesta israelí ha generado una creciente repulsión global. La Fiscalía del Tribunal Penal Internacional ha solicitado una orden de detención contra Netanyahu por crímenes de guerra, mientras que diversos países, incluidos España, Irlanda y Noruega, han respaldado la causa por genocidio en Gaza. Este clima de condena internacional se intensifica a medida que la destrucción de Gaza deja un legado de dolor y odio que podría perpetuar el ciclo de violencia en la región.


El embajador de Israel en EE. UU., Mike Herzog, ha descrito los objetivos de Netanyahu como un "nuevo diseño" de Oriente Próximo, uno que excluye a Hamás y Hezbolá, así como cualquier solución justa para los palestinos. Sin embargo, esta visión se manifiesta como una ilusión en medio de un conflicto que ha crecido en complejidad e intensidad. David Hearst, director de Middle East Eye, señala que la estrategia de Netanyahu ha alejado a aliados potenciales, como Arabia Saudí, que había considerado normalizar sus relaciones con Israel antes de que estallara la violencia.


El descontento en la sociedad israelí también es palpable. Comentarios incendiarios de figuras políticas sugieren un clima de agresión y retaliación que podría dificultar cualquier intento de mediación o diálogo. La declaración de Netanyahu de que Israel se comportará como un "perro loco" es un reflejo de esta mentalidad, donde la violencia es vista como una respuesta legítima a la amenaza percibida.


A medida que la administración Biden intenta equilibrar su apoyo a Israel con la presión internacional para la paz, algunos analistas advierten que la falta de acción decisiva podría permitir que Israel continúe su camino bélico sin restricciones. La situación actual se asemeja a un "interregno", donde la influencia de EE. UU. se ve limitada por la inminente temporada electoral y el estancamiento en la política interna estadounidense.


Mientras tanto, la retórica de un "nuevo Oriente Próximo" y la promesa de una pax israeliana sin justicia para los palestinos se perciben como una ilusión peligrosa. Rouzbeh Parsi, del Instituto Sueco de Asuntos Internacionales, advierte que las incursiones israelíes en Líbano han resultado históricamente en una intensificación de la resistencia, y el apoyo de Occidente podría reforzar la decisión de Irán de avanzar hacia un estado nuclear.


La comunidad internacional observa con inquietud cómo los acontecimientos se desarrollan, sabiendo que el conflicto en el Medio Oriente tiene el potencial de desestabilizar aún más una región ya volátil. La llamada de Ali Jameneí, líder supremo de Irán, a los países musulmanes para unirse contra Israel resuena como un eco de la creciente polarización y tensión en la región.


La historia reciente sugiere que la violencia solo engendra más violencia, y la falta de un enfoque diplomático claro podría resultar en un desastre humanitario aún mayor. En un escenario donde las esperanzas de paz parecen desvanecerse, la situación se convierte en un reflejo sombrío de la difícil realidad de un conflicto que ha durado décadas y que, sin duda, seguirá moldeando el futuro del Medio Oriente.

Ver todo Lo último en El mundo