Israel bombardea Líbano y Gaza mientras Netanyahu recibe críticas de familiares de rehenes: "Ha reventado el acuerdo"

Las tensiones en la región de Oriente Medio han escalado de forma alarmante, con Israel lanzando bombardeos en ambos frentes: Líbano y la Franja de Gaza. Este recrudecimiento de la violencia se produce justo cuando el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, enfrenta crecientes críticas por la gestión de la crisis de los rehenes, lo que ha llevado a sus familiares a expresar su indignación públicamente.

El Ejército israelí ha ejecutado diversos ataques en territorio libanés en respuesta a la interceptación de cohetes lanzados desde la zona de Khiam, lo que marca el primer ataque transfronterizo desde diciembre. El saldo de estos bombardeos ya ha cobrado la vida de al menos nueve personas, según informes preliminares del Ministerio de Salud de Líbano. Los ataques han impactado a varias localidades, incluyendo Toulin y Qlaylé, donde se reportan víctimas fatales y varios heridos, incluidos niños.

El presidente libanés, Joseph Aoun, ha hecho un llamado urgente a la calma, enfatizando que la situación actual constituye un ataque sostenido contra Líbano y amenazada el acuerdo de rescate que había sido negociado entre diferentes facciones del país. Aoun subrayó la necesidad de que todas las fuerzas pertinentes en la región actúen con responsabilidad para evitar una escalada que podría resultar devastadora.

Por su parte, el jefe del Estado Mayor del Ejército israelí, Eyal Zamir, ha advertido que sus fuerzas responderán con firmeza a cualquier agresión y ha recordado al gobierno libanés su deber de mantener el alto el fuego alcanzado en noviembre con las milicias de Hezbolá. En un contexto de creciente tensión, el primer ministro libanés, Nawaf Salam, ha advertido sobre la posibilidad de que estos incidentes arrastren al país hacia otra guerra devastadora, en referencia a la amenaza que representan las acciones de Hezbolá.

En otro frente, la situación en la Franja de Gaza es igualmente crítica. Según informes de fuentes palestinas, al menos 14 personas, entre ellas cinco niños, han perdido la vida en ataques israelíes en la zona. Estos bombardeos han estado dirigidos a varios puntos de Gaza, incluido un edificio residencial en el barrio de Al Tufá, donde se reportan numerosas víctimas. La comunidad internacional observa con preocupación estos acontecimientos, que continúan deteriorando la situación humanitaria en el enclave palestino.

Las críticas hacia Netanyahu han aumentado considerablemente, especialmente entre los familiares de los rehenes secuestrados por Hamás. Yehuda Cohen, padre de uno de los soldados capturados, ha sido uno de los más vehementes en su reproche, acusando al primer ministro de haber "reventado" un acuerdo de alto el fuego que podría haber facilitado el intercambio de rehenes. Durante una concentración en Tel Aviv, Cohen exigió una respuesta urgente del gobierno y convocó a la población a movilizarse.

Los sentimientos de frustración y rabia han resonado también entre otros familiares de rehenes. Yifat Calderon, primo de un rehén liberado, ha hecho un llamado a la administración estadounidense para que no se deje engañar por las tácticas de Netanyahu. Este clima de desconfianza y desesperación se ha intensificado en un momento en que las esperanzas por una resolución pacífica parecen desvanecerse.

La comunidad internacional sigue de cerca los acontecimientos, mientras los líderes políticos de la región intentan encontrar un camino hacia la calma. Sin embargo, el peligro de una escalada militar persistente representa una amenaza real no solo para la estabilidad de Líbano e Israel, sino para toda la región. La falta de comunicación efectiva y el aumento de los ataques están agravando una situación que ya es insostenible.

En medio de este panorama sombrío, las voces de los familiares de los rehenes se multiplican, exigiendo respuestas y justicia. La situación sigue siendo tensa y volátil, con la esperanza de que las negociaciones y el diálogo puedan prevalecer sobre la violencia, aunque el futuro se presenta incierto en un contexto marcado por el sufrimiento humano y la pérdida. Las repercusiones de estas acciones no solo afectarán a Líbano e Israel, sino que también tendrán un impacto duradero en la búsqueda de paz en un área marcada por décadas de conflicto.