Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente ataque masivo de Rusia a Ucrania durante la Navidad ha suscitado una fuerte condena internacional y ha llevado al presidente estadounidense Joe Biden a intensificar el apoyo militar a Kiev. En un comunicado, Biden calificó el ataque como "indignante", subrayando el objetivo del Kremlin de interrumpir el acceso de los ciudadanos ucranianos a la calefacción y la electricidad en medio del crudo invierno. La administración Biden, que ya había estado enviando sistemas de defensa a Ucrania, ahora ha ordenado al Pentágono que aumente los envíos, incluyendo la preparación de "cientos de misiles de defensa antiaérea". Esta decisión se produce en un momento en que la preocupación por la continuidad del apoyo militar a Ucrania ha crecido, especialmente con un nuevo gobierno en el horizonte. Biden, consciente de las implicaciones de una posible reducción en la asistencia militar, ha tomado medidas para garantizar que Ucrania reciba el respaldo necesario para hacer frente a la agresión rusa. “El pueblo ucraniano merece vivir en paz y seguridad”, enfatizó el presidente, haciendo un llamado a la comunidad internacional para permanecer unida en esta lucha. El ataque del miércoles se caracterizó por un bombardeo masivo que incluyó más de 170 misiles y drones, causando al menos un muerto y dejando varios heridos, además de provocar apagones y graves daños en la infraestructura eléctrica de Ucrania. El Ejército ucraniano reportó que los ataques se dirigieron a diversas regiones del país, con un asalto significativo en Kharkiv, donde se usaron misiles de crucero Kalibr lanzados desde el mar Negro. Esta ofensiva se suma a una serie de ataques que han marcado el año, considerada la decimotercera gran ofensiva lanzada por Rusia. El presidente ucraniano Volodimir Zelensky no dudó en calificar este ataque como “inhumano”, apuntando que la elección de la Navidad por parte de Putin para llevar a cabo tal ofensiva revela la brutalidad del régimen ruso. Zelensky señaló que el objetivo del ataque era el sistema energético del país, un objetivo estratégico para desestabilizar a la nación durante el invierno. Esta estrategia de atacar en momentos de festividades y celebraciones ha sido tildada por algunos funcionarios ucranianos como una forma de "terror navideño". Desde el lado de la administración saliente en Estados Unidos, también se han expresado fuertes condenas. El general Keith Kellogg, quien ha desempeñado un rol especial en la política estadounidense hacia Rusia y Ucrania, se unió a las voces en contra del ataque, subrayando que la Navidad debería ser un tiempo de paz. Kellogg hizo un llamado a la comunidad internacional para monitorear de cerca las acciones de ambos lados, aunque su enfoque fue claramente crítico hacia la agresión rusa. Los ataques no sólo han tenido un coste humano, sino que también han afectado la infraestructura vital de un país ya golpeado por meses de conflicto. La denuncia del gobernador de una de las regiones atacadas, Segiy Lysak, sobre los intentos del enemigo de destruir el sistema energético de Ucrania resalta la estrategia deliberada de Rusia para causar sufrimiento en la población civil. Este enfoque en atacar instalaciones de energía ha sido una táctica recurrente utilizada por el Kremlin en su guerra contra Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania también ha denunciado la ofensiva como parte de un plan más amplio de terror por parte de Vladimir Putin, apuntando a la necesidad de que la comunidad internacional reconozca la gravedad de la situación. Mientras tanto, la región de Ivano-Frankivsk ha sido otro punto de dolor, donde la jefa regional lamentó la falta de respeto de Rusia hacia lo que tradicionalmente se considera sagrado. El ataque de Navidad ha puesto de relieve no solo la brutalidad de la guerra en Ucrania, sino también la necesidad urgente de unidad y acción entre los países aliados. Con el nuevo gobierno estadounidense a la vista, la continuación del apoyo a Ucrania se convierte en un tema de vital importancia, y muchos miran con atención qué rumbo tomará la política exterior en la próxima administración. En un contexto global donde la agresión y la guerra parecen desafiar los principios de paz y humanidad, las acciones de Biden y la comunidad internacional serán determinantes en la búsqueda de una solución duradera al conflicto. En este sentido, el fortalecimiento de las capacidades defensivas de Ucrania se presenta como un paso crucial no solo para la defensa del país, sino también como un mensaje claro al Kremlin sobre la cohesión y determinación de la comunidad internacional frente a la agresión.