Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las comisiones de auditoría se encuentran en el epicentro de un escenario empresarial cada vez más complejo y regulado. A medida que la legislación se vuelve más estricta, las comisiones deben adaptarse y asumir nuevas funciones que van más allá de la simple supervisión financiera. Este entorno cambiante ha llevado a un enfoque renovado hacia la transparencia y la utilidad de la información en los informes corporativos, un tema central en un reciente encuentro organizado por el Audit Committee Institute (ACI). Francisco Gibert, socio de KPMG, subrayó la transformación que está experimentando el gobierno corporativo, destacando el papel crucial que tendrán las comisiones de auditoría en este proceso. La reciente aprobación del proyecto de Ley de Información Empresarial sobre Sostenibilidad resalta este cambio, ya que exige a las empresas aportar información sobre su impacto medioambiental, social y de gobernanza. Este paso se alinea con la Directiva europea sobre información corporativa en sostenibilidad, cuya implementación está aún pendiente. Eduardo Sanchiz, presidente de la Comisión de Auditoría y Control de CaixaBank, recalcó la responsabilidad primordial de las comisiones: garantizar a los consejos de administración que los controles internos y la información financiera sean precisos. Sin embargo, la inclusión de nuevos elementos de sostenibilidad ha añadido capas adicionales a su labor, obligando a las comisiones a gestionar un flujo creciente de requerimientos informativos. Este aumento de responsabilidades no ha estado exento de críticas. Javier Pérez Farguell, presidente de la CAC de Grupo Catalana Occidente, advirtió sobre el riesgo de sobrerregulación y la sobrecomplicación de los procesos de auditoría. Pérez sostiene que si bien es vital mantener una supervisión adecuada, la regulación actual ya es suficiente y no debería resultar en una carga adicional para las empresas. Montserrat Trapé, presidenta de la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de Meliá Hotels International, también expresó su preocupación por el impacto que la regulación excesiva puede tener en los recursos internos de las empresas. El tiempo y esfuerzo dedicados a cumplir con los requisitos de compliance y reporting están creciendo, lo que podría afectar la eficiencia operativa y el enfoque de las comisiones en sus funciones esenciales. La importancia de la comisión de auditoría va más allá de la conformidad legal; representa un bastión de transparencia y confianza, tanto para los consejos de administración como para el mercado y los inversores. En un contexto geopolítico en constante cambio, las comisiones deben realizar evaluaciones continuas de riesgos, adaptando sus enfoques a las particularidades de las empresas internacionalizadas. La identificación y priorización de riesgos se ha vuelto un imperativo indispensable para navegar por la incertidumbre del mercado. El cuidado del catálogo de riesgos es esencial. Los expertos coinciden en que la ciberseguridad y la protección de la información han escalado en importancia y requieren atención prioritaria. Este enfoque en la gestión de riesgos es fundamental para garantizar la sostenibilidad y la estabilidad de las empresas en el largo plazo. La tecnología también juega un papel cada vez más relevante en el ámbito de la auditoría. La inteligencia artificial se está integrando en las metodologías de auditoría, aunque según Gibert, aún no se ha producido una revolución en la forma de trabajar. Sin embargo, la implementación de IA promete no solo mejorar la eficiencia en la elaboración de informes, sino también facilitar la identificación de riesgos y la generación de alertas. A medida que las comisiones se enfrentan a un panorama regulatorio en constante evolución, los expertos advierten que la complejidad del reporting financiero se intensificará. Gibert anticipa cambios significativos en la agenda regulatoria, lo que exigirá a las comisiones una adaptación continua. Trapé también señala que la creciente longitud de los informes de gestión, que ahora incluirán más información sobre sostenibilidad, podría restar claridad a la comunicación con los inversores. El desafío radica en equilibrar la cantidad de información proporcionada con la necesidad de mantener la transparencia. Algunos inversores prefieren informes más concisos y relevantes, lo que plantea la cuestión de si la acumulación de datos realmente contribuye a una mejor comprensión del desempeño de las empresas. Los expertos abogan por simplificar la información para mejorar la claridad y la efectividad del reporting. En definitiva, las comisiones de auditoría se encuentran en un momento decisivo, donde su capacidad para adaptarse a los cambios legales y a las exigencias del mercado determinará el éxito de las empresas. La búsqueda de un equilibrio entre cumplimiento, transparencia y utilidad de la información será crucial en los próximos años, mientras las empresas navegan por un entorno cada vez más complejo y regulado.