Podemos reaviva el debate sobre la herencia franquista y la monarquía en España

La reciente declaración de Podemos ha reavivado el debate sobre la herencia del franquismo en la España contemporánea, al afirmar que dicho régimen sigue vivo en diversas estructuras del Estado, particularmente en la monarquía. En una rueda de prensa, el portavoz de la formación morada, Pablo Fernández, argumentó que la muerte de Franco en 1975 no significó la extinción del franquismo, destacando que el sistema político instaurado posteriormente está impregnado con lo que él llama "ADN franquista". Fernández criticó duramente a la monarquía, señalándola como una "rémora de la dictadura" y un obstáculo para el desarrollo de una democracia plena en el país. Afirmó que instituciones como la justicia y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han sido depuradas adecuadamente, lo que perpetúa estructuras que, según él, favorecen el legado del régimen de Franco. La declaración de Podemos llega en un contexto en el que el Gobierno central está organizando un centenar de actos para conmemorar el 50 aniversario de la muerte del dictador. En esta misma línea, Podemos ha instado al PSOE, su socio en el Gobierno de coalición, a convocar un referéndum sobre la continuidad de la monarquía. Fernández subrayó que, aunque el referéndum no sea vinculante, es fundamental que la ciudadanía tenga la oportunidad de decidir entre una Jefatura de Estado monárquica o una República. Esta propuesta se enmarca en un intento más amplio de la formación morada por cuestionar la legitimidad de la monarquía en el contexto actual. Las tensiones entre Podemos y el PSOE se manifestaron aún más al criticar que el Gobierno no ha invitado a los morados a la inauguración de los actos conmemorativos. Según Fernández, esta exclusión es inexplicable, especialmente dado que Podemos ha sido una de las voces más críticas sobre la figura de Franco y la transición democrática. La ausencia de Podemos se suma a la de otros partidos como el Partido Popular y Vox, lo que evidencia un descontento generalizado con la forma en que se están gestionando estos actos. Fernández también se pronunció sobre la posibilidad de que el rey emérito Juan Carlos I asista a los actos conmemorativos, manifestando su desaprobación hacia lo que considera un homenaje a un "corrupto". La idea de honrar a Juan Carlos I ha sido calificada como un "insulto" y "deleznable" por parte de los líderes de Podemos, quienes exigen una revisión crítica de la historia reciente del país. A pesar de las diferencias, Fernández reiteró que Podemos apoya la conmemoración de la muerte de Franco, pero subrayó que los actos deben ir acompañados de "hechos concretos" que reflejen la verdad histórica. La postura de los morados destaca la necesidad de reconocer y confrontar las sombras del pasado, en lugar de conmemorar sin cuestionar el legado del franquismo que, según ellos, persiste en la actualidad. La controversia también subraya la división política en España respecto a cómo se debe abordar la memoria histórica y la transición democrática. Mientras algunos partidos, como el PSOE, parecen optar por una celebración con tintes festivos, Podemos exige un enfoque más crítico y reflexivo que reconozca el dolor y la injusticia del pasado. El acto 'España en Libertad', al que no asistirá el Rey Felipe VI, se ha convertido en un símbolo de esta tensión, con Podemos comparando la presencia de la monarquía en la democracia española a la figura de Netanyahu en el contexto del pacifismo. Esta comparación no solo resalta la postura crítica de Podemos, sino que también ilustra la polarización en torno a la cuestión monárquica y su papel en la sociedad española. En última instancia, la declaración de Podemos y la controversia que la rodea reflejan una tensión constante en la política española sobre la memoria histórica, la legitimidad de las instituciones y el futuro del sistema político del país. A medida que se acerca el medio siglo de la muerte de Franco, el debate sobre su legado y la forma en que se conmemora sigue siendo un tema candente que divide a la sociedad española.