Juan Brignardello Vela
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La reciente ausencia de Marcus Rashford en el once titular del Manchester United ha levantado cejas y ha generado discusiones sobre la conducta del delantero fuera del campo y su impacto en su rendimiento. Desde una actuación estelar contra el Everton el 1 de diciembre, donde anotó dos goles en una decisiva victoria por 4-0, Rashford ha estado fuera de juego durante cinco partidos consecutivos, lo que ha suscitado preguntas sobre su compromiso con el equipo y el ambiente cultivado por el nuevo entrenador, Rubén Amorim. El punto de inflexión parece haber surgido de las actividades sociales de Rashford previas a ese partido contra el Everton. Según se informa, Amorim confrontó a Rashford por una salida nocturna justo días antes del encuentro, una conversación que pareció tener consecuencias persistentes. La aseguración del delantero de que había sido mal informado hizo poco para calmar el escrutinio en torno a su disciplina profesional. Después del partido contra el Everton, Rashford fue omitido del once inicial contra el Arsenal, con Amorim indicando que la decisión fue influenciada por las elecciones de estilo de vida del jugador. Desde ese momento crucial, el tiempo de Rashford en el campo ha disminuido drásticamente, con solo una breve aparición contra el Viktoria Plzen en la Europa League recordando a los aficionados sus capacidades. La ausencia de compañeros clave debido a sanciones brindó una oportunidad para que Rashford regresara al banquillo en el partido contra el Newcastle, pero incluso en una situación crítica, donde el United necesitaba remontar, Amorim decidió no utilizarlo, lo que indica una preocupante falta de confianza. Hablando con los medios, Amorim fue sincero sobre la situación, enfatizando que la decisión de jugar a Rashford recae más en las manos del jugador que en las suyas, sugiriendo que debe haber un fuerte deseo de tener éxito para que Rashford recupere un lugar en el equipo. El mensaje fue claro: el entrenador está preparado para tomar decisiones difíciles para mantener los estándares esperados en el Manchester United. Sin embargo, la situación de Rashford va más allá de las decisiones tácticas de Amorim. Su comportamiento fuera del campo se ha convertido en un punto de discusión crucial, especialmente a la luz de incidentes pasados que han puesto a prueba la paciencia del club. Se ha notado el escrutinio que enfrenta en comparación con otros jugadores; fuentes cercanas a él argumentan que siente que está bajo una mayor observación que sus compañeros, creando una dinámica compleja entre su persona pública y su vida personal. La reciente ventana de transferencias ha añadido otra capa de incertidumbre, ya que las discusiones sobre el futuro de Rashford en el United se han intensificado. Con un contrato lucrativo que lo coloca entre los jugadores mejor pagados del club, su vinculación a posibles salidas se ha convertido en un tema de conversación entre aficionados y expertos. Rashford ha reconocido su deseo de un "nuevo desafío", y aunque mantiene que no hay "rencores" hacia el club, la realidad es que ambas partes pueden estar contemplando una separación. A medida que se abre la ventana de transferencias de enero, crece la especulación sobre el próximo movimiento de Rashford. Su valor y habilidades son innegables, evidenciadas por su impresionante cifra de goles a lo largo de los años. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿puede Rashford aprovechar su talento en el campo mientras encuentra el equilibrio adecuado en sus elecciones fuera de él? El estilo de gestión de Amorim refleja una estrategia más amplia en el United, donde los altos estándares son primordiales y la disciplina es innegociable. El regreso de Rashford a su mejor forma y favor ahora está en la balanza, con su actitud y rendimiento bajo escrutinio. Con cada semana que pasa, la perspectiva de una ausencia prolongada se cierne, y la posibilidad de una salida se vuelve cada vez más plausible. A medida que el Manchester United lucha por recuperar su estatura, encontrar una manera de reintegrar a Rashford en el equipo—o potencialmente avanzar sin él—será un aspecto definitorio de la trayectoria futura del club.