Juan Brignardello Vela
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En una impresionante demostración del poder de la naturaleza, el volcán Kīlauea ha concluido el año con una espectacular erupción, marcada por impresionantes fuentes de lava y una actividad incrementada. Según un reciente comunicado de prensa del Servicio Geológico de EE.UU. (USGS), ha ocurrido una erupción dentro de la caldera de la cumbre de Kaluapele, lo que ha llevado a elevar el nivel de alerta del volcán Kīlauea de ADVERTENCIA a ALERTA. Al mismo tiempo, el código de color para la aviación ha cambiado de AMARILLO a ROJO mientras los científicos evalúan la erupción y los riesgos asociados. Las imágenes de las cámaras web capturadas durante este evento revelan una escena dramática: una serie de fisuras están arrojando fuentes de lava que contribuyen a un flujo creciente dentro de la caldera de la cumbre. Sin embargo, esta vibrante exhibición de actividad volcánica conlleva preocupaciones significativas. La erupción se está produciendo en una sección cerrada del Parque Nacional de los Volcanes de Hawai'i, donde los altos niveles de gases volcánicos como vapor de agua, dióxido de carbono y dióxido de azufre representan un riesgo tanto para el medio ambiente como para la salud pública. Particularmente preocupante es el potencial de smog volcánico, o "vog", creado cuando el dióxido de azufre reacciona con el vapor de agua. Este fenómeno puede tener efectos adversos en la salud, dañar cultivos y contribuir a la lluvia ácida. Kīlauea es conocido como uno de los volcanes más monitoreados a nivel mundial, equipado con una robusta gama de instrumentos científicos. Estas herramientas van desde sensores en el suelo que detectan la actividad sísmica hasta dispositivos que analizan los gases que emanan de los respiraderos del volcán. Si bien Kīlauea se asocia típicamente con erupciones efusivas caracterizadas por el flujo de lava desde fisuras, su historia incluye fases de erupciones explosivas, lo que resalta su naturaleza compleja. Los últimos 35 años han mostrado un patrón dual de actividad para Kīlauea, con erupciones ocurriendo tanto en la caldera de la cumbre como en el cráter Pu'u'ō'ō ubicado en la zona de rift oriental. Una erupción particularmente destructiva en mayo de 2018 resultó en un flujo de lava que destruyó más de 700 casas en su camino hacia el océano, subrayando el potencial devastador del volcán. Lo que distingue a Kīlauea de otros volcanes es el mecanismo único detrás de sus erupciones explosivas, comparable a un "mecanismo de cohete de pisotón". Durante las erupciones efusivas, a medida que las fuentes y flujos de lava vacían gradualmente el reservorio de magma, el techo rocoso superior pierde su integridad estructural. Este colapso repentino puede llevar a un aumento rápido de presión, forzando gas y escombros a través de los respiraderos en la caldera. Este proceso evoca un juguete de cohete de pisotón, donde pisar una bolsa de aire conectada a una manguera lanza un proyectil hacia el cielo. A medida que Kīlauea continúa exhibiendo este comportamiento notable e impredecible, el USGS se mantiene vigilante, monitoreando de cerca la situación. Están preparados para ajustar el nivel de alerta y el código de color para la aviación según sea necesario, y se emitirá un nuevo Aviso de Actividad Volcánica si hay cambios significativos en la actividad volcánica. La erupción en curso sirve como un potente recordatorio de la naturaleza dinámica y a veces peligrosa de la geología de nuestro planeta, y de la importancia de la observación científica para proteger a las comunidades y ecosistemas.