Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Desde el año 2021, la corrupción ha dejado una huella devastadora en la economía peruana, generando pérdidas que ascienden a la alarmante cifra de S/ 72,000 millones, según revela un informe de la Contraloría General de la República. Este dato, presentado por Roberto De La Torre, presidente de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), pone de manifiesto el grave impacto que la corrupción ha tenido en el desarrollo del país en un periodo relativamente corto, que abarca hasta el 2023. La situación es aún más preocupante si se observa el último año, donde las pérdidas alcanzaron los S/ 24,000 millones. Esta suma podría haber sido utilizada para financiar la construcción de 50 hospitales, así como la creación de 1,600 modernos colegios, además de generar más de un millón de puestos de trabajo. De La Torre enfatizó que el desvío de recursos del Estado hacia prácticas corruptas afecta de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables, limitando la inversión en sectores esenciales como la infraestructura, la salud y la educación. El panorama se complica aún más cuando se considera el Índice de Percepción de Corrupción (IPC) de 2023, elaborado por Transparencia Internacional, que revela que Perú ha retrocedido del puesto 101 al 121 desde 2012. Esta caída en el ranking lo coloca en el tercio inferior de los países más corruptos del mundo, compartiendo posición con naciones como Angola, Mongolia y Uzbekistán. Este índice es preocupante, ya que un país con alta percepción de corrupción enfrenta serias dificultades para atraer inversión extranjera, lo que a su vez potencia los riesgos para los inversionistas. Ante esta realidad, la CCL ha lanzado una iniciativa titulada "Semillero para futuros funcionarios y servidores públicos", con el fin de despertar el interés entre los jóvenes para trabajar en el aparato estatal. De La Torre destacó el compromiso del gremio empresarial de contribuir a la lucha contra la corrupción, un flagelo que no solo provoca un estancamiento económico, sino que también incrementa la pobreza y afecta la credibilidad de las instituciones. El programa ha logrado convocar a más de 450 estudiantes universitarios de alto rendimiento académico, de los cuales se seleccionará un grupo de 60 para formar parte de un programa de formación especializado. Este esfuerzo busca cultivar una nueva generación de líderes que puedan redefinir lo que significa ser un funcionario público en el país. Hernán Lanzara, presidente de la Comisión de Integridad y Lucha contra la Corrupción de la CCL, subrayó la importancia de este semillero, ya que los jóvenes no solo aprenderán a ser mejores servidores públicos, sino que también se convertirán en "guardianes de la integridad y la justicia". La misión es clara: construir un futuro más equitativo y transparente para el Perú. Lanzara también hizo hincapié en que los valores y la ética serán pilares fundamentales en el proceso de capacitación de estos jóvenes. Se buscará forjar un compromiso inquebrantable con la transparencia y fomentar una profunda conciencia en la toma de decisiones, dado que, como futuros funcionarios, tendrán un impacto directo en la vida de millones de ciudadanos. El semillero representa, según los líderes de la CCL, una oportunidad no solo para los jóvenes involucrados, sino para todo el país. Al invertir en la formación de servidores públicos íntegros y responsables, se espera que se empiece a revertir la tendencia de corrupción que ha afectado al Perú en los últimos años. La corrupción no es solo un problema de cifras, sino de sueños y oportunidades perdidas. Si bien la lucha es ardua, iniciativas como el semillero de la CCL ofrecen una luz de esperanza en la búsqueda de un futuro más prometedor para el país, donde la integridad y la justicia se conviertan en los principales motores del desarrollo.