Producción de petróleo y gas en Perú presenta desafíos y oportunidades estratégicas

Producción de petróleo y gas en Perú presenta desafíos y oportunidades estratégicas

La producción de petróleo y gas en Perú muestra un panorama mixto, con logros en Loreto y Piura, pero cae en agosto. Se requieren inversiones y mejoras.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

La reciente información proporcionada por la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH) destaca un panorama mixto en la producción de petróleo y gas natural en el país. Aunque se han registrado cifras significativas en ciertos lotes, el contexto general presenta desafíos que deben ser abordados por las autoridades y el sector energético. En particular, los lotes ubicados en Loreto y Piura se han destacado por su producción, siendo el Lote 95 en Loreto el que lidera con 14.36 miles de barriles por día (MBPD), seguido del Lote X y el Lote Z-69 en Piura con 7.70 MBPD y 4.35 MBPD, respectivamente. Sin embargo, es importante señalar que, aunque estos números son significativos, la producción total de petróleo y condensados en agosto alcanzó 38.57 MBPD, lo que representa una disminución respecto al mes anterior. Esta caída en la producción, a pesar de ser un hecho preocupante, también presenta un matiz positivo al compararlo con el mismo mes del año pasado, donde se observa un incremento del 2.5%, lo que sugiere una tendencia al alza en el largo plazo. La situación es aún más compleja cuando se considera la producción de gas natural. Aquí, se ha registrado una ligera caída de 1,430 millones de pies cúbicos por día (MMCFD) en julio a 1,387 MMCFD en agosto. No obstante, al comparar esta cifra con el mismo mes del año anterior, se evidencia un aumento significativo del 9.5%. Este contraste entre cifras intermensuales y anuales pone de manifiesto la volatilidad del sector y la necesidad de una gestión estratégica adecuada. Además, hay que tener en cuenta que varios lotes no están reportando producción, lo que es un indicativo de que hay áreas del país que aún poseen un potencial no explotado. Lotes como el 67 en Loreto y varios en Piura y Talara no han registrado actividad, lo que podría ser motivo de preocupación para las autoridades y para la planificación futura en el sector energético. La falta de producción en estos lotes podría estar relacionada con cuestiones de infraestructura, inversiones o regulaciones, que requieren una atención inmediata. En este marco, el Banco Central de Reserva (BCR) ha señalado que es difícil encontrar un proyecto de infraestructura en el país que no sea rentable. Esta afirmación resalta la importancia de seguir invirtiendo en infraestructura energética, no solo en la extracción de hidrocarburos, sino también en la logística y distribución del gas natural. La rentabilidad de estos proyectos podría ser un aliciente para atraer inversiones necesarias que fortalezcan el sector. El impacto de estos cambios en la producción de petróleo y gas se traduce en efectos directos sobre la economía del país. A medida que las cifras de producción fluctúan, también lo hacen los ingresos del Estado provenientes de regalías y otros impuestos relacionados con la extracción de recursos naturales. Es fundamental que las autoridades se mantengan atentas a estas dinámicas para poder implementar políticas que aseguren un flujo constante de ingresos y contribuyan al desarrollo económico regional. Por otro lado, el gobierno ha anunciado que tomará medidas para gestionar mejor Petro-Perú, lo que puede incluir la elección de una nueva Oficina de Gestión de Proyectos (PMO) y posibles cambios en el directorio. Esta decisión es crucial, dado que la gestión eficiente de la empresa estatal puede marcar la diferencia entre una producción estancada y una que impulse el desarrollo energético del país. A medida que se mueven las piezas en el tablero energético del Perú, es vital que se trabaje en el fortalecimiento de un marco regulatorio que incentive tanto la producción como la inversión en infraestructura. La colaboración entre el gobierno, las empresas y la comunidad es esencial para fomentar un entorno en el cual los proyectos de hidrocarburos puedan prosperar y, al mismo tiempo, respetar el contexto social y ambiental de las regiones afectadas. En última instancia, el futuro del sector hidrocarburífero en Perú dependerá de la capacidad de las autoridades para adaptarse a las circunstancias cambiantes y de la voluntad de las empresas para innovar y mejorar sus procesos. Con una gestión adecuada y un compromiso con la sostenibilidad, hay un potencial significativo para que el país maximice sus recursos naturales, beneficiando a la economía y mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos.

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