Refinería de Talara no alcanzará máxima capacidad este año, advierte Adrianzén

El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, ha confirmado que la refinería de Talara, un proyecto emblemático que fue inaugurado el 29 de diciembre de 2023 por la presidenta Dina Boluarte, no alcanzará su máxima capacidad de producción en el corto plazo. Este anuncio ha generado preocupación en un contexto en el que se esperaba que la nueva planta, construida por Petroperú, operara al 100% en el año en curso. La refinería tiene una capacidad proyectada de 95,000 barriles de petróleo por día, superando la antigua refinería, que podía procesar hasta 65,000 barriles. Desde su inauguración, la refinería de Talara ha enfrentado múltiples desafíos operativos. En marzo de este año, la situación se tornó crítica cuando se reportaron fallas en su principal unidad de producción, el flexicoking. Esta unidad es crucial para procesar crudo pesado, garantizando así la rentabilidad de la refinería. Las expectativas iniciales de que la refinería alcanzaría su capacidad total en agosto se desvanecieron, lo que llevó a la necesidad de un análisis más profundo sobre su funcionamiento. Adrianzén ha señalado que los técnicos han indicado que las plantas de este tipo requieren al menos dos años de afinamiento antes de operar a su máxima capacidad. Según sus proyecciones, se espera que la refinería de Talara logre dicha operatividad hacia fines de 2025, lo cual podría resultar en utilidades aproximadas de 800 millones de dólares para la empresa. A pesar de estas proyecciones positivas a largo plazo, la situación financiera de Petroperú es alarmante. El primer ministro reconoció que la deuda de la compañía supera considerablemente sus activos, lo que ha llevado al Gobierno a evaluar aspectos críticos en torno a su gobernanza y funcionamiento. En este contexto, se está elaborando un plan para contratar a una firma internacional que se encargue de reformar la gestión administrativa y gerencial de Petroperú. Este proceso de reforma es considerado esencial, ya que Adrianzén subrayó la necesidad de refrescar la gerencia actual, que ha sido objeto de críticas por su desempeño en el pasado. "¿Que pensamos, que con las mismas personas vamos a seguir haciendo las mismas cosas y cometiendo los mismos errores?", cuestionó el primer ministro, enfatizando la urgencia de una nueva visión para la compañía estatal. Además, el Gobierno se comprometió a garantizar un flujo de recursos financieros para que Petroperú pueda continuar operando. Esto implica la necesidad de una línea de crédito que permita a la empresa comprar combustibles y mantener su ciclo operativo. A pesar de la crisis que enfrenta, Adrianzén descartó la opción de un nuevo aumento de capital y también la posibilidad de quiebra o liquidación de la empresa. Sin embargo, la incertidumbre persiste en torno a la composición del directorio de Petroperú. Si bien el Gobierno está evaluando si los actuales directores continuarán en sus funciones, no se ha definido aún si estos cambios serán compatibles con la llegada del nuevo Project Management Office (PMO) que se contratará. Esto abre la puerta a posibles reestructuraciones que podrían tener un impacto significativo en la dirección y operaciones de la empresa. En cuanto a la posible designación del ex ministro de Energía y Minas, Oscar Vera, como parte del directorio de Petroperú, Adrianzén fue claro al afirmar que en este momento no se considera conveniente. En su lugar, el enfoque está en la figura del PMO, que asumirá la gestión administrativa de la empresa, lo que pone de relieve la intención del Gobierno de tomar decisiones que aseguren una gestión más eficiente y adaptada a las necesidades actuales de la refinería. Mientras tanto, el futuro de la refinería de Talara y de Petroperú en general se mantiene en la balanza. La esperanza es que, con las medidas anunciadas y el tiempo necesario para el ajuste de su operatividad, la planta pueda finalmente cumplir con sus objetivos de producción y rentabilidad. Sin embargo, los retos que enfrenta la compañía son significativos y requerirán de un compromiso continuo por parte del Gobierno y de la dirección de la empresa para garantizar su viabilidad a largo plazo.