El mega contrato de Draisaitl prepara el escenario para el histórico enfrentamiento contractual de McDavid.

El panorama de la NHL ha cambiado drásticamente con la reciente extensión del contrato de Leon Draisaitl con los Edmonton Oilers, calculada en un asombroso $112 millones por ocho años. Este contrato no solo marca la segunda cifra total más grande en la historia de la liga, superada únicamente por el icónico contrato de Alex Ovechkin de $124 millones de 2008, sino que también establece un nuevo precedente como el impacto salarial más alto en la historia del deporte, con $14 millones por temporada. A medida que se asienta el polvo de este acuerdo monumental, una pregunta urgente se plantea: ¿Cuál es el valor de Connor McDavid? El contrato de Draisaitl se anticipó en el contexto del entorno financiero en evolución de la NHL. Recientes contratos elevados para estrellas como Nathan MacKinnon y Auston Matthews establecieron una nueva base para los jugadores de élite. El contrato de MacKinnon por ocho años a $12.5 millones por temporada y el contrato de Matthews por cuatro años a $13.25 millones demostraron las crecientes expectativas para el talento de primer nivel. Con el tope salarial de la NHL recuperándose significativamente—saltando más del 5% a $88 millones en esta temporada baja y proyectado para alcanzar los $92.4 millones para la temporada 2025-26—el momento era propicio para un contrato lucrativo para Draisaitl. El enfoque del contrato de Draisaitl dependía menos de las cifras en dólares de sus contemporáneos y más del porcentaje del tope salarial que consumían. Para contextualizar, en el momento de sus firmas, los contratos de MacKinnon y Matthews representaban el 15.09% y el 15.06% del tope, respectivamente. El nuevo contrato de Draisaitl, posicionado en el 15.15% del tope, se ajusta perfectamente a este panorama competitivo. Notablemente, solo cuatro contratos en la última década han superado el umbral del 15%, enfatizando la rareza y la importancia de estos acuerdos. Sin embargo, aunque el contrato de Draisaitl afirma su estatus como uno de los élites de la liga, inevitablemente eleva las apuestas para McDavid, quien es considerado a menudo como el mejor jugador del juego. El contrato anterior de McDavid, que representaba el 15.72% del tope, eclipsa la nueva cifra de Draisaitl. Con un récord de premios individuales—presumiendo de 14 premios importantes, incluyendo el Hart Trophy, el Art Ross Trophy y un premio Conn Smythe—el impacto de McDavid en el hielo es inigualable. En las últimas cinco temporadas, ha acumulado 610 puntos, un nivel de producción que supera incluso a su compañero de equipo de alto puntaje. Dado las contribuciones inigualables de McDavid, se espera que su próximo contrato rompa nuevos esquemas. Comparaciones históricas sugieren que, para reflejar adecuadamente su valor, el próximo contrato de McDavid podría comenzar al menos en el mismo porcentaje del tope que su contrato actual. Las proyecciones indican que un porcentaje similar generaría un impacto salarial de aproximadamente $15.25 millones, con muchos expertos creyendo que el número real superará esta base, potencialmente alcanzando cifras que comienzan con un “16”, “17” o incluso más. El límite, en particular, podría ser astronómico. En un mercado de agentes libres no restringidos, McDavid podría exigir hasta el 20% del tope, lo que se traduciría en unos impresionantes $19 millones anuales, un logro que establecería un nuevo estándar para los contratos de la NHL. Sin embargo, para los Oilers, el desafío radica en equilibrar estos salarios monumentales con la necesidad de mantener un roster competitivo. Se especuló en la liga que el dúo Draisaitl-McDavid podría exigir colectivamente más de $30 millones para la temporada 2026-27, una cifra que ejercerá una enorme presión sobre la flexibilidad financiera de los Oilers. A medida que los Oilers miran hacia el futuro, las implicaciones de estos contratos se extienden más allá de los salarios de los jugadores. Con Draisaitl asegurado, el enfoque ahora se desplaza hacia McDavid y cómo el equipo navegará su construcción de roster en medio de estrellas en ascenso y compromisos existentes. Actualmente, solo un puñado de jugadores tiene contratos más allá de 2025, dejando a los Oilers con decisiones críticas que tomar para apoyar a sus dos superestrellas sin sacrificar la profundidad. En una liga donde los paisajes financieros a menudo dictan el éxito del equipo, los Oilers enfrentan una ecuación compleja. Con la expiración del actual acuerdo de negociación colectiva de la liga acercándose en 2026, permanece la incertidumbre sobre futuros ajustes del tope salarial y negociaciones laborales. El resultado de estos factores podría influir en el proceso de toma de decisiones de McDavid respecto a la duración y la estructura de su próximo contrato. En resumen, mientras que el contrato de Draisaitl muestra el creciente valor del talento de élite en la NHL, simultáneamente amplifica la anticipación en torno al futuro acuerdo de McDavid. A medida que la liga continúa evolucionando, una cosa es clara: sea cual sea el aspecto final del contrato de McDavid, será visto como una ganga en relación con su excepcional talento y contribuciones al juego, consolidando su legado como uno de los grandes de todos los tiempos en el hockey.