De la pasarela a la pista: Jack Eyers redefine la fuerza en la moda y el atletismo.

En la intersección de la moda y el atletismo, Jack Eyers ha trazado un viaje extraordinario que trasciende las fronteras tradicionales. Este hombre de 35 años, originario de Wells, Inglaterra, capturó por primera vez la atención del mundo como un modelo pionero, haciendo titulares al convertirse en el primer amputado masculino en caminar en la Semana de la Moda de Nueva York. La experiencia, recuerda, fue electrificante; la presión palpable mientras navegaba por la pasarela, rodeado de cámaras parpadeantes y de un público ansioso por presenciar la historia. El ascenso de Eyers a la fama en la industria de la moda lo llevó a desfilar en Milán, Moscú y Londres, culminando en su coronación como Mr. Inglaterra en 2017. Sin embargo, bajo la brillante superficie de la alta moda, luchó contra demonios personales derivados de su discapacidad, deficiencia focal femoral proximal (PFFD). Durante años, Eyers ocultó su condición, navegando por la vida con un “escudo levantado”, una barrera protectora que mantenía su verdadero yo oculto. Reflexionando sobre su pasado, Eyers admite: “Era una persona muy diferente a quien soy ahora.” Su transformación comenzó con una decisión crucial tomada a la tierna edad de siete años, cuando eligió amputarse la pierna, una elección nacida de la frustración por sus limitaciones físicas. “Lo odiaba,” explica. “Quería deshacerme de ello. Mi discapacidad me restringía físicamente, era como una bola y una cadena.” Sin embargo, fue un encuentro fortuito con Louie Brownsell, un artista de acrobacias con una pierna, lo que inspiró a Eyers a replantearse su futuro. La carrera de Brownsell en la industria del cine ayudó a Eyers a imaginar un camino más allá de las limitaciones de su discapacidad. “Fue la primera vez que me sentí inspirado por un modelo a seguir con el que podía relacionarme,” comparte. En 2010, Eyers se aventuró en el entrenamiento personal, lo que posteriormente le abrió las puertas al mundo del modelaje a través de su asociación con Models of Diversity. Junto a la modelo Kelly Knox, buscó desafiar los estereotipos que rodean a las personas con discapacidad, mostrando fortaleza y vulnerabilidad mientras promovía la necesidad de representación en la moda. Su notable paso por la Semana de la Moda de Milán, donde lució un espectacular traje de armadura plateado diseñado por Antonio Urzi, consolidó su estatus como ícono de la moda. Eyers describió el atuendo como una fusión de su pierna protésica y la armadura, enfatizando la necesidad de redefinir las percepciones sobre las discapacidades. “Que Milán me aceptara como un modelo con discapacidad sentía que realmente estábamos haciendo cambios,” reflexiona. A pesar de su éxito en la pasarela, Eyers sentía un malestar persistente con la industria del modelaje, cuestionando a menudo sus motivaciones. Ahora reconoce que, aunque el modelaje se trataba de validación externa, su verdadera pasión radica en el atletismo. El mundo del deporte ofrecía un contraste marcado con la superficialidad de la moda, brindando claridad y propósito. Con aspiraciones de competir en los Juegos Paralímpicos, Eyers ha cambiado su enfoque hacia el paracanotaje, impulsado por la inspiración que obtuvo al observar a su compañero en los Juegos de Río 2016. “Ser un atleta, estoy extremadamente apasionado por eso,” afirma con firmeza. Después de ganar campeonatos mundiales en 2021 y 2022, ahora está preparado para competir en la próxima serie clasificatoria para el evento de Va’a individual de 200 m, donde las apuestas son significativamente más altas y las vulnerabilidades se exponen de una manera más auténtica. Mientras se prepara para la inminente competencia, Eyers reconoce las diferencias en los nervios entre el mundo de la moda y el atletismo. “Necesito entender cómo es estar en la villa, el ruido, la emoción, la gran multitud, los medios y hacer mi día de carrera normal además de eso,” admite. Pero encuentra consuelo en el hecho de que su entrenamiento atlético supera con creces los fugaces momentos de fama en la pasarela. Para Eyers, el viaje ha sido más que un logro personal; es un llamado a otros con discapacidades para que abracen sus identidades y persigan sus pasiones. “Solo porque tengas una discapacidad física no significa que tengas que quedarte sentado todo el día,” afirma, personificando el espíritu de resiliencia y autoaceptación que espera transmitir a otros. A medida que se prepara para lo que él llama su momento de “billete de lotería” en los Juegos Paralímpicos, Eyers está listo para mostrar de qué está hecho realmente, no solo como modelo, sino como atleta que ha superado barreras para alcanzar sus sueños. En un mundo donde la atención a menudo se centra en las apariencias, Eyers nos recuerda que la verdadera fuerza proviene de dentro, y que el primer paso hacia la aceptación de nuestros triunfos y vulnerabilidades conduce a una transformación real.