Rugby a la NFL: Cómo Lawrence Okoye y Jordan Mailata están cambiando el juego.

A medida que la NFL continúa expandiendo sus horizontes, ha comenzado a aprovechar el talento inesperado del mundo del rugby. La historia de Lawrence Okoye y Jordan Mailata es un testimonio de cómo los atletas pueden pivotar de un deporte a otro, encontrando éxito en arenas que nunca habían considerado. Lawrence Okoye, un jugador de rugby, hizo titulares cuando intentó hacer la transición al fútbol americano. Sin embargo, su camino fue breve. A pesar de mostrar su destreza física, el tiempo de Okoye en la NFL fue efímero. Recibió solo un pase durante su breve estancia con los San Francisco 49ers antes de ser liberado en 2013. Okoye regresó al rugby, pero sus esfuerzos marcaron un ejemplo temprano de la transición entre deportes que se ha vuelto cada vez más común a medida que los equipos buscan talento diverso. Jordan Mailata, por otro lado, ofrece una narrativa más inspiradora. El nativo australiano se encontró en una situación similar después de jugar rugby league y llegar a los Sub-20 con los South Sydney Rabbitohs. Sin embargo, las preocupaciones sobre su acondicionamiento eran evidentes. Fue en este momento que una sugerencia clave cambió el rumbo de su carrera deportiva. Alguien le aconsejó considerar un deporte que utilizara mejor su impresionante tamaño. Con una altura de 6 pies 8 pulgadas y un peso de 365 libras, se le animó a explorar el fútbol americano. Avancemos hasta 2018, y Mailata estaba inscrito en el programa de Vía Internacional para Jugadores (IPP) de la NFL. Su agilidad y velocidad, notables para un hombre de su estatura, llamaron la atención de los cazatalentos. "Su agilidad y velocidad para una persona de su tamaño, que aún no había alcanzado su marco completo, era tan impresionante", recuerda Scotland-Williamson, un compañero participante en el programa IPP. Esta actuación impresionante llevó a su selección por los Philadelphia Eagles a la edad de 20 años. A pesar de pasar las dos primeras temporadas en el equipo de práctica, el viaje de Mailata dio un giro significativo. Se convirtió en uno de los mejores tackles ofensivos de la NFL, desempeñando un papel crítico en el camino de los Eagles hacia el Super Bowl LVII en 2023. Su transformación ejemplifica cómo un atleta puede redefinirse y prosperar en un nuevo entorno, especialmente cuando se le brinda el apoyo y la oportunidad adecuados. Travis Clayton siguió los pasos de Mailata como el segundo jugador seleccionado del programa IPP. Scotland-Williamson, quien celebró la boda de Mailata como padrino, cree que el tamaño de Clayton—con una altura de 6 pies 7 pulgadas y un peso de 301 libras—podría posicionarlo favorablemente dentro de la NFL. Señala que los atletas más grandes a menudo tienen una ventaja al hacer la transición al fútbol americano más adelante en sus carreras, ya que sus tipos de cuerpo únicos son raros y muy buscados. La tendencia de los jugadores de rugby que hacen la transición a la NFL plantea preguntas sobre cómo las organizaciones deportivas pueden identificar y nutrir talento de diversos orígenes. A medida que los equipos continúan invirtiendo en estos atletas, la expectativa de ver un retorno de esa inversión crece. "Ser seleccionado significa más", señala Scotland-Williamson. "La gente quiere ver que su decisión se demuestra correcta porque han invertido capital de draft en ti; han arriesgado, así que tendrás más paciencia". A medida que la NFL explora nuevas avenidas para la adquisición de talento, las historias de Okoye y Mailata sirven tanto como advertencias como ejemplos inspiradores. Sus trayectorias destacan las complejidades de perseguir la grandeza en diferentes deportes, mostrando la resiliencia y adaptabilidad que definen a los atletas de élite. El futuro podría ver a más jugadores de rugby hacerse un nombre en la NFL, contribuyendo a una emocionante evolución del deporte en nuestra era.