Aumento de la demanda eléctrica en agosto de 2023 impulsa esperanza en España

Aumento de la demanda eléctrica en agosto de 2023 impulsa esperanza en España

En agosto de 2023, la demanda eléctrica en España creció un 3%, impulsada por el turismo y la recuperación industrial, aunque sigue dependiente de fósiles.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

El mes de agosto de 2023 se perfila como un período significativo en el panorama energético de España, ya que la demanda eléctrica ha experimentado un crecimiento cercano al 3% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este incremento, que se produce a pesar de la escalada de precios en el mercado eléctrico, sugiere que los consumidores no han reducido su consumo, sino que, por el contrario, lo han incrementado. Según los últimos datos proporcionados por Red Eléctrica de España (REE), hasta el momento se han consumido más de 18,7 teravatios hora (TWh), lo que se acerca a los niveles previos a la pandemia y a las crisis energéticas de 2021 y 2022. Analistas del sector como Pedro Cantuel, del grupo Ignis, destacan que este repunte en la demanda eléctrica es un indicador alentador que podría presagiar un cambio en la tendencia de consumo. Cantuel subraya que este es el mejor dato desde 2019, y aunque aún estamos alejados de los niveles precrisis en el acumulado del año, la tendencia parece apuntar hacia una recuperación. Esto podría ser un indicativo de que la economía se está reactivando y que la industria, especialmente, está empezando a dejar atrás los estragos de la crisis energética. Uno de los factores que ha contribuido a este aumento en la demanda eléctrica es el turismo, que en agosto alcanza su punto álgido en España. La llegada masiva de visitantes impulsa el uso de energía en hoteles y otros servicios asociados, lo que se traduce en un mayor consumo. Además, el sector industrial también está mostrando signos de recuperación, con sectores como la metalurgia y la química reportando incrementos en su actividad, lo que, a su vez, genera una mayor demanda de electricidad. Sin embargo, a pesar de este crecimiento en agosto, la demanda acumulada en lo que va del año aún refleja un aumento modesto, con un crecimiento interanual de apenas ocho décimas en su lectura bruta. Esta cifra es consecuencia de un invierno más cálido de lo habitual, lo que ha reducido el consumo en los meses previos. Cantuel enfatiza que, aunque todavía no se ha alcanzado un crecimiento sustancial en el acumulado del año, si se mantiene la tendencia de aumento, 2023 podría marcar el inicio de un periodo de expansión en la demanda eléctrica. Un aspecto que también influye en la demanda es el autoconsumo, que ha ganado protagonismo en los últimos años. La proliferación de paneles solares en hogares y empresas ha resultado en un aumento del autoconsumo, lo que ha llevado a una reducción en la demanda de electricidad de la red. Algunos estiman que esta reducción podría oscilar entre el 8% y el 10% durante las horas solares. Aunque esta cifra debe ser tratada con cautela, el impacto del autoconsumo es innegable y podría permitir que la demanda eléctrica en agosto recupere niveles previos a la crisis de precios. La alegría entre los analistas no se debe únicamente al aumento del consumo, sino a que la mayor parte de esa electricidad proviene de fuentes renovables. En los ocho primeros meses del año, aproximadamente el 60% de la electricidad consumida en España es de origen renovable, y más del 80% es libre de emisiones cuando se suman las fuentes nucleares. Este cambio hacia la electrificación no solo es positivo desde el punto de vista ambiental, sino que también presenta beneficios económicos, ya que la producción y el consumo de electricidad limpia pueden reducir la dependencia de combustibles fósiles. Pese a este avance, España todavía enfrenta desafíos significativos en la reducción de su dependencia de combustibles fósiles. El consumo energético total del país sigue siendo aproximadamente un 70% dependiente de fuentes no renovables, principalmente el petróleo y el gas. Por lo tanto, se deben establecer prioridades claras para los próximos años, tanto en materia ambiental como económica. La reducción de la dependencia del petróleo y el gas no solo contribuiría a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también tendría implicaciones positivas para la balanza comercial del país. La situación actual en el sector eléctrico de España puede considerarse un momento crucial en el camino hacia una transición energética. Las inversiones recientes en capacidad de generación, especialmente en energías renovables, deben ser respaldadas por un aumento constante en la demanda para asegurar la viabilidad económica de estas iniciativas. La recuperación del consumo eléctrico podría ser la clave para un futuro energético más sostenible y menos vulnerable a las crisis de precios. El crecimiento de la demanda eléctrica en agosto, en un contexto donde los precios siguen siendo elevados, es un signo de que los consumidores están adaptándose a la nueva realidad del mercado energético. Esto podría ser un indicio de un cambio de mentalidad hacia un futuro más electrificado y sostenible, donde la energía renovable no solo se convierta en una opción, sino en la norma. Sin embargo, la consolidación de esta tendencia requerirá un esfuerzo conjunto tanto de la industria como de los consumidores y de las políticas públicas para garantizar un desarrollo equilibrado y sostenible del sector energético en España.

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