Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La Reserva Federal de Estados Unidos se encuentra en un momento crucial de su política monetaria, donde las expectativas de recortes en las tasas de interés se han vuelto casi unánimes. A medida que se acerca septiembre, los banqueros centrales parecen alinearse en torno a una estrategia de disminución gradual, en un intento por equilibrar la necesidad de controlar la inflación y mantener un mercado laboral relativamente estable. Durante el reciente simposio en Jackson Hole, varios miembros de la Fed abogaron por una reducción metódica de las tasas, dejando claro que no se anticipan recortes drásticos en el corto plazo. La inflación, que aún se mantiene por encima del objetivo del 2%, es un punto crítico en el debate interno de la Fed. Aunque hay señales de debilidad en el mercado laboral, la falta de despidos masivos sugiere que los responsables de la política monetaria no ven la necesidad de actuar con agresividad. Este contexto ha llevado a la Fed a considerar un enfoque gradual, que históricamente ha sido su modus operandi en tiempos de incertidumbre. Brett Ryan, economista sénior en Deutsche Bank AG, resalta que el gradualismo permite a la Fed evaluar cuidadosamente la economía en respuesta a sus decisiones. Este enfoque implica recortes de tasas de un cuarto de punto porcentual, lo que proporcionaría un alivio moderado sin arriesgar una escalada en la inflación. Sin embargo, la ausencia del presidente Jerome Powell en este discurso ha generado preguntas sobre si su visión es totalmente alineada con la de sus colegas. Powell ha enfatizado su compromiso de reducir la inflación sin comprometer la salud del mercado laboral. En su discurso, no delineó un cronograma específico para las próximas decisiones, pero su disposición a un enfoque más agresivo si la situación laboral se deteriora indica que está sopesando opciones. La meta de la Fed se mantiene en estabilizar los precios, pero Powell también ha manifestado que no se busca un enfriamiento severo del empleo. El gradualismo también se ha convertido en un tema de discusión crucial, ya que la Fed ha adoptado este enfoque en la mayoría de los ciclos económicos recientes. Sin embargo, en situaciones de crisis, como la que se vivió durante la pandemia, la Fed tomó medidas drásticas, llevando las tasas a cero en un esfuerzo por estabilizar la economía. La experiencia de Paul Volcker en la década de 1980 sigue siendo un recordatorio de que una política monetaria estricta puede ser necesaria, pero también arriesgada. Los economistas advierten que, aunque el mercado laboral se muestra algo debilitado, la presión sobre los precios persiste. El desempleo ha aumentado inesperadamente, y aunque las empresas aún no están despidiendo en masa, han reducido significativamente la contratación. Esto ha llevado a algunos economistas a cuestionar la efectividad de mantener una política restrictiva y a abogar por una mayor flexibilidad en las decisiones de la Fed. A pesar del debate interno sobre los recortes de tasas, Powell parece ser más cauteloso que algunos de sus colegas. Economistas de EY-Parthenon afirman que, a menos que las condiciones laborales empeoren drásticamente, lo más probable es que la Fed opte por un recorte de 25 puntos básicos en su próxima reunión. Esto, argumentan, permitiría un ajuste más cuidadoso en la política monetaria, dándole tiempo a la economía para adaptarse. El desafío adicional que enfrenta la Fed es determinar hasta dónde pueden reducir las tasas sin sobrecalentar la economía. La noción de una tasa de interés neutral se vuelve vital en este contexto, ya que implica encontrar un equilibrio donde la Fed no frena ni estimula la economía. Algunos en la Fed sugieren que, en un entorno pospandémico, este nivel podría ser más alto, lo que complicaría aún más la estrategia de gradualismo. La incertidumbre inherente a la situación actual hace que la idea de un enfoque gradual sea aún más atractiva para los banqueros centrales. Esto implica que las decisiones no se basan solo en el análisis de datos, sino que también deben tener en cuenta las reacciones del mercado y la economía en general. La Fed está consciente de que cualquier movimiento en las tasas debe ser cauteloso y bien fundamentado. A medida que los responsables de la política monetaria continúan considerando sus opciones, el futuro del enfoque gradual de la Fed sigue siendo objeto de intenso escrutinio. La capacidad de la Fed para adaptarse a los cambios en el panorama económico, sin perder de vista su objetivo de inflación, será fundamental para el éxito de su estrategia en los próximos meses y años. Mientras tanto, los mercados y los ciudadanos permanecerán atentos a las señales que emitan los banqueros centrales, en un contexto donde la estabilidad económica es más crucial que nunca.