Generación Z en Perú: Desafíos financieros y la importancia de la educación financiera

Generación Z en Perú: Desafíos financieros y la importancia de la educación financiera

La Generación Z en Perú enfrenta desafíos financieros, con alta informalidad laboral y falta de educación financiera, pero hay esperanza a través de estrategias de gestión.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro

La Generación Z se enfrenta a un panorama financiero complejo y desafiante en el que no solo tiene que lidiar con la inestabilidad económica global, sino también con las particularidades de su situación en el Perú. A medida que esta generación, que abarca a aquellos nacidos entre 1997 y 2009, va avanzando en la vida adulta, se ha visto obligada a adaptarse a un entorno laboral que ha cambiado drásticamente debido a la pandemia de COVID-19. Este contexto ha impactado significativamente su capacidad para encontrar empleo formal y mantenerse a flote financieramente. De acuerdo con datos de Ipsos, el 44% de los jóvenes de esta generación se encuentra actualmente estudiando, mientras que un 41% trabaja. Sin embargo, el 33% no está involucrado en ninguna actividad laboral ni educativa. Este último dato es alarmante, ya que refleja la precariedad que muchos jóvenes enfrentan en su día a día. A nivel mundial, el 46% de la Generación Z vive al día, lo que significa que sus ingresos son insuficientes para cubrir sus gastos diarios. Esta realidad se agrava con el hecho de que el 26% de ellos duda de poder contar con un retiro cómodo en el futuro. La situación en el mercado laboral peruano ha sido aún más crítica. Según un informe de la Organización Internacional del Trabajo, la recesión económica provocada por la pandemia impactó de manera desproporcionada a los jóvenes de entre 14 y 24 años, quienes sufrieron la mayor caída de empleo. Este contexto de alta informalidad y baja productividad ha dejado a muchos de ellos sin opciones viables para mejorar su calidad de vida. A pesar de una ligera recuperación en el empleo, la mayoría de los jóvenes se han visto obligados a aceptar trabajos en pequeñas empresas que no ofrecen los beneficios ni la estabilidad que ellos requieren. La inflación también ha sido un factor determinante que ha afectado la economía personal de la Generación Z. En los últimos tres años, el incremento de los precios ha sido notable, alcanzando un 8.46% en 2022 y un 6.43% en 2021. Estos aumentos han dificultado que los jóvenes puedan asumir los nuevos costos de vida asociados con la independencia familiar, como el alquiler, los servicios básicos y la alimentación. Esto resulta particularmente problemático cuando los salarios no han aumentado en la misma medida que la inflación, dejando a muchos en una situación de vulnerabilidad financiera. Adicionalmente, la inexperiencia en el manejo de las finanzas personales es un reto para muchos de estos jóvenes. A menudo, se encuentran haciendo frente a sus primeros sueldos sin tener una educación financiera adecuada que les permita tomar decisiones informadas. Según Zach Teutsch, especialista en finanzas, la Generación Z tiende a gastar en pequeños placeres del día a día, como cafés o suscripciones a plataformas digitales, lo que puede llevar a que una gran parte de sus ingresos se esfume en gastos innecesarios. No obstante, en medio de estos desafíos, hay un rayo de esperanza. Existen estrategias y recursos que pueden asistir a la Generación Z a gestionar sus finanzas de manera más efectiva. La educación financiera es clave para que puedan navegar por este complicado panorama. Es fundamental que los jóvenes busquen aprender sobre ahorro, inversión y gestión de deudas, no solo para sobrevivir en el presente, sino también para construir un futuro más estable. Los consejos prácticos que pueden ayudar a los integrantes de esta generación incluyen la creación de un presupuesto realista que contemple todos sus gastos y ahorros, el establecimiento de un fondo de emergencia para imprevistos, y la búsqueda de oportunidades de inversión a largo plazo, incluso si son pequeñas. También es crucial fomentar un diálogo abierto con familiares y amigos sobre finanzas, lo que puede proporcionar una base de apoyo y conocimiento. La tecnología, que ha sido una aliada constante para la Generación Z, puede jugar un papel importante en la gestión de sus finanzas. Existen numerosas aplicaciones y plataformas que facilitan el seguimiento de gastos, ahorros e inversiones. Sin embargo, el uso de estas herramientas debe ser acompañado por una mentalidad responsable y disciplinada, de lo contrario, pueden convertirse en una trampa más que en una solución. En conclusión, aunque los retos financieros que enfrenta la Generación Z son significativos y diferentes a los de generaciones anteriores, hay espacio para la esperanza. Con una adecuada educación financiera, disciplina y el uso inteligente de la tecnología, estos jóvenes pueden construir un camino hacia la estabilidad económica y el bienestar a largo plazo. La clave está en aprender de la experiencia y adaptarse a un mundo en constante cambio. Si bien el camino es difícil, no es imposible; y cada paso hacia una mejor gestión de sus finanzas personales es un paso hacia un futuro más prometedor.

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