Consejo Fiscal advierte sobre riesgos de proyecciones optimistas en PBI 2024-2028

El reciente análisis del Consejo Fiscal sobre el Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2024-2028 ha generado una ola de preocupación en el ámbito económico del país. Este informe, que emite una opinión no vinculante pero que resulta crucial para la planificación fiscal, advierte sobre los riesgos asociados a las proyecciones optimistas de crecimiento del Producto Bruto Interno (PBI). En particular, se cuestiona la premisa de asumir un crecimiento promedio del PBI del 3% en el mediano plazo, que supera las tasas de crecimiento recientes y el potencial estimado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), que se sitúa entre el 2,3% y el 2,6%. El presidente del Consejo Fiscal destaca que estas proyecciones, si bien pueden parecer alentadoras, pueden convertirse en una trampa peligrosa. Asumir tasas de crecimiento más altas de lo que la economía ha demostrado en los últimos años puede llevar a una sobreestimación de los ingresos fiscales. Esta sobreestimación, a su vez, podría resultar en déficits fiscales más amplios de lo previsto, lo que comprometería la salud financiera del Estado. La advertencia es clara: fijar metas fiscales ambiciosas basadas en proyecciones optimistas puede ser imprudente. El informe también apunta a un aumento en el gasto público proyectado para 2024 y 2025 que, según el Consejo Fiscal, podría absorber los ingresos temporales en ese periodo. Esta situación contrasta con la urgente necesidad de lograr una consolidación fiscal efectiva. La proyección de un PBI en crecimiento por encima de su potencial no se alinea con la realidad cíclica que enfrenta la economía, y el escenario que se plantea es insostenible. La advertencia se agrava al considerar que la próxima administración heredará una responsabilidad fiscal extremadamente exigente. La necesidad de implementar una consolidación fiscal de dos puntos del PBI potencial en un lapso de tres años, en un contexto de ingresos decrecientes, podría llevar a un estancamiento en el crecimiento real del gasto durante el periodo 2026-2028. Tal escenario, de mantenerse, podría ser devastador para la capacidad del gobierno de cumplir con sus funciones y atender las necesidades de la población. El Consejo Fiscal también hace mención a la reciente flexibilización de las reglas fiscales, lo que, en teoría, debería facilitar la gestión del déficit. Sin embargo, el cumplimiento de la regla del déficit para 2024, que establece un límite del 2,8% del PBI, se presenta como un desafío formidable. Con un déficit acumulado del 4% del PBI hasta julio de este año, las proyecciones actuales se ven amenazadas, y el incumplimiento de esta norma, por segundo año consecutivo, podría tener consecuencias graves para el panorama fiscal del país. La repetición de incumplimientos en las metas fiscales alimenta un ciclo de desconfianza que puede erosionar la credibilidad del gobierno ante los agentes económicos. En un contexto donde ya se han producido rebajas en la calificación crediticia soberana, el riesgo de que nuevas rebajas se materialicen se incrementa. Este problema se agrava en medio de un entorno financiero global cada vez más hostil, donde la pérdida del grado de inversión podría convertirse en una realidad palpable si la situación no se maneja adecuadamente. En este marco, la evaluación del MMM no ofrece tranquilidad. En cambio, genera una sensación de inquietud entre economistas y analistas, quienes temen que las proyecciones optimistas no se sustenten en datos reales y que, por ende, pongan en peligro la estabilidad fiscal y económica del país. La necesidad de un enfoque más conservador y basado en la realidad se impone en el debate público. Es fundamental que se establezca un diálogo constructivo entre los diversos actores económicos y políticos para replantear las metas fiscales y ajustar las proyecciones de crecimiento a un nivel más realista. La salud financiera del país no solo depende de las expectativas, sino de acciones concretas y responsables que garanticen un futuro sostenible. En conclusión, el Consejo Fiscal lanza una alerta que no puede ser ignorada. La economía del país se enfrenta a desafíos significativos, y la gestión prudente de las finanzas públicas se presenta como un imperativo. La balanza entre crecimiento y sostenibilidad fiscal deberá ser cuidadosamente calibrada si se desea evitar caer en un ciclo de crisis que comprometa el bienestar de todos los ciudadanos.