Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El precio del oro ha alcanzado recientemente niveles sin precedentes, superando los 2,500 dólares por onza, un incremento que ha dejado asombrados a analistas y economistas. Este aumento, que ha visto al metal precioso alcanzar cifras históricas como 2,532 dólares, ha generado un debate sobre las causas detrás de esta feroz escalada de precios y sus implicaciones para los inversores y la economía en general. Uno de los factores clave que ha impulsado el precio del oro es su papel como activo refugio. En tiempos de incertidumbre, como los que se viven actualmente, los inversores tienden a buscar seguridad en este metal precioso. Matías Osorio, gerente de ventas y experto en mercados financieros de Capitaria, explica que el oro, aunque también puede ser volátil, ofrece una cobertura significativa contra la inflación. En un contexto donde los ciudadanos enfrentan crecientes costos de vida, su atractivo ha aumentado considerablemente. La aversión al riesgo ha jugado un papel fundamental en la escalada de precios del oro. Según Gabriela Siller, directora de análisis económico financiero de Banco Base, la combinación de tensiones geopolíticas, la posibilidad de una recesión en Estados Unidos y la especulación sobre recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal han creado un clima propicio para que los inversores busquen refugio en el oro. Este entorno de incertidumbre ha llevado a que el oro se valore más como un activo seguro. Otro aspecto relevante es la relación inversamente proporcional entre el precio del dólar y el oro. Diego Albuja, analista de mercados financieros para ATFX Latinoamérica, señala que cuando el dólar se debilita, el precio del oro tiende a incrementarse. Este fenómeno se ha visto reforzado por los recientes datos económicos de EE.UU., que han mostrado señales de contracción, lo que ha alimentado aún más las expectativas de recortes en las tasas de interés. El reciente informe sobre el PMI de Estados Unidos, que cayó por debajo de lo esperado, impulsó la percepción de que la economía está en una fase de desaceleración. Osorio destaca que los datos de contracción económica y el aumento del desempleo son factores que influyen en la decisión de la Reserva Federal de considerar una reducción de tasas, lo que, a su vez, podría elevar la inflación y aumentar la demanda por oro. La dinámica en China, uno de los mayores consumidores de oro, también merece ser considerada. A pesar de que la demanda tiende a aumentar en enero y febrero debido al Año Nuevo chino, Osorio señala que este aumento a nivel retail no ha tenido un impacto significativo en la cotización del oro a escala global. Sin embargo, el país sigue siendo un actor importante en el mercado del oro. Las proyecciones sobre el futuro del precio del oro varían entre los analistas, pero todos coinciden en que podría continuar su tendencia ascendente. Según Siller, el nuevo techo podría situarse en 2,600 dólares por onza, mientras que otros analistas, como Albuja, sugieren que podríamos ver precios que alcancen entre 3,000 y 3,200 dólares en el corto plazo. Esta diversidad de opiniones refleja la incertidumbre que rodea a la economía global y el mercado de commodities. Además, el aumento en las reservas de oro por parte de los bancos centrales como estrategia de diversificación también puede contribuir a la presión alcista sobre los precios. Albuja destaca que esta acción está diseñada para reducir la dependencia del dólar estadounidense y genera una demanda estructural que podría seguir empujando al alza el precio del oro. Para aquellos interesados en invertir en oro, las opciones son variadas. Desde la compra de lingotes a través de distribuidores hasta la inversión en fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por oro, los inversores tienen múltiples caminos disponibles. También existen alternativas más complejas, como futuros y cuentas de oro digital que permiten la adquisición de fracciones de oro almacenadas por custodios. En conclusión, el aumento en el precio del oro es un reflejo de la compleja interacción entre la economía mundial, la política monetaria y la demanda de activos considerados seguros. A medida que los factores que impulsan esta tendencia continúan evolucionando, el oro seguirá siendo un punto focal tanto para inversores como para analistas en el futuro cercano.