Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que el rugido de los motores llena el aire y el aroma de goma quemada se desliza entre la multitud, una nueva generación de atletas está surgiendo en los eventos de NASCAR. D.J. Twitty, un ex corredor de 24 años de la Universidad de Carolina del Sur, personifica este cambio mientras explora su nueva pasión por el trabajo en el equipo de pits. Con un pasado arraigado en el fútbol, Twitty se siente cautivado por la agilidad y precisión de las paradas en pits, donde la velocidad y el trabajo en equipo pueden marcar la diferencia entre la victoria y la derrota en la pista. Twitty fue uno de los 55 aspirantes que participaron en el evento anual de reclutamiento de equipos de pits en Hendrick Motorsports, donde las apuestas son altas y la competencia feroz. A lo largo del día, los reclutas son sometidos a agotadores ejercicios que ponen a prueba su fuerza, agilidad y capacidad para actuar bajo presión. ¿El objetivo? Identificar a un puñado de atletas que puedan hacer la transición sin problemas del campo de fútbol a la pista de carreras, cambiando sus tacos por trajes a prueba de fuego y la emoción de un tipo diferente de adrenalina. Hendrick Motorsports, uno de los equipos más destacados en NASCAR, ha reconocido el potencial no aprovechado de los exjugadores de fútbol, quienes a menudo traen los atributos físicos necesarios para sobresalir en roles de equipo de pits. El director de desarrollo del equipo de pits, Keith Flynn, ha pasado los últimos 14 años reclutando atletas y señala que muchos de estos reclutas no son conscientes de las oportunidades disponibles en NASCAR hasta que pisan el campus del equipo. "No creces jugando a ser equipo de pits en tu patio trasero", comenta, enfatizando la novedad del deporte para muchos de estos reclutas. A pesar de la falta de familiaridad con NASCAR, el entusiasmo de Twitty es contagioso. Creciendo como fanático del piloto Denny Hamlin, está ansioso por sumergirse en el mundo de las carreras. La mayoría de sus compañeros reclutas comparten un sentimiento similar; pueden no saber cómo cambiar el aceite de sus coches, pero están listos para aprender la intrincada coreografía necesaria para ejecutar paradas en pits relámpago, que pueden durar menos de 10 segundos. En un deporte donde las carreras pueden extenderse hasta 600 millas, la importancia de las paradas en pits no puede ser subestimada. Los márgenes de victoria a menudo son extremadamente ajustados, con un promedio de la temporada pasada de solo 1.11 segundos. Esta temporada ha visto finales aún más cerrados, con carreras decididas por meras fracciones de segundo. Una parada en pits lenta puede costar a los equipos no solo preciosos segundos en la pista, sino también cientos de miles de dólares en premios y oportunidades de patrocinio. A medida que Twitty y sus compañeros enfrentan los desafíos de convertirse en miembros competentes del equipo de pits, también están entrando en un mundo que valora la agilidad, la velocidad y el trabajo en equipo por encima de todo. Si bien la transición del fútbol a NASCAR puede parecer desalentadora, para Twitty y muchos otros como él, representa un nuevo comienzo: una oportunidad para redefinir sus carreras deportivas en un entorno de alta octanaje donde cada momento cuenta. Mientras se preparan para la próxima temporada, una cosa está clara: los equipos de pits de NASCAR se están convirtiendo en una nueva frontera para los atletas, demostrando que cuando un sueño termina, otro puede acelerar a fondo.