Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La confianza del consumidor en México se ha visto afectada de manera significativa durante el mes de julio, marcando la tercera caída consecutiva en este indicador. Según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y el Banco de México, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) se ubicó en 46.9 puntos, lo que representa una disminución de 0.4 puntos en comparación con junio. Esta tendencia se alinea con las preocupaciones sobre la desaceleración económica que el país está enfrentando. Los cinco componentes que constituyen el ICC han mostrado una caída generalizada. Uno de los aspectos más preocupantes es la percepción sobre la situación económica del país en los próximos doce meses, que se vio afectada con un retroceso de 0.7 puntos. Este dato refleja las inquietudes de los consumidores respecto a cómo podría evolucionar la economía mexicana, lo que a su vez influye en su capacidad de gasto y ahorro. La situación económica actual de los hogares también ha sido un tema de preocupación. En particular, tanto la evaluación de la situación económica de los miembros del hogar como la comparación de la realidad económica del país hoy en día con la de hace un año registraron una disminución de 0.4 puntos. Esto sugiere que las familias están sintiendo el peso de la incertidumbre económica, lo que podría limitar su disposición a realizar compras importantes, como muebles o electrodomésticos. La posibilidad de adquirir bienes duraderos se ha visto afectada, ya que el componente que evalúa la disposición a comprar muebles, electrodomésticos y otros artículos también cayó 0.3 puntos. Esto es particularmente relevante en un contexto donde el consumo se ha convertido en un motor crucial para el crecimiento económico. La reducción en la confianza del consumidor podría tener repercusiones en la actividad económica en la segunda mitad del año. Además del deterioro en la confianza general, el análisis de diez indicadores complementarios demuestra que la mayoría de estos también han mostrado caídas significativas. Entre ellos, destaca la reducción en las posibilidades actuales de ahorrar, que cayó 2.9 puntos. Esta disminución pone de manifiesto la presión financiera que muchas familias están enfrentando y su incapacidad para reservar parte de sus ingresos para el futuro. Otro indicador preocupante es la intención de construir o remodelar una casa en los próximos dos años, que retrocedió 2.3 puntos. Esta caída no solo refleja un freno en la inversión en vivienda, sino que también puede incidir en el dinamismo del sector de la construcción, que es fundamental para la economía nacional. La situación del ahorro para el próximo año también presenta un panorama sombrío, con una caída de 1.8 puntos en las condiciones económicas para hacerlo. Esto sugiere que muchos consumidores anticipan un entorno económico difícil en el futuro, lo que podría llevar a una mayor cautela y a recortes en sus gastos. Por otro lado, algunos indicadores han mostrado ligeros avances, como la situación del empleo en el país para los próximos doce meses, que avanzó 0.5 puntos. Sin embargo, este aumento no parece ser suficiente para contrarrestar el pesimismo generalizado entre los consumidores. Además, la evaluación de la situación económica personal en este momento, en comparación con hace un año, tuvo un leve incremento de 0.1 puntos, lo que sugiere que algunos individuos pueden tener una percepción positiva a nivel personal, a pesar del contexto general. El Banco Base ha señalado que el deterioro de la confianza del consumidor es consistente con la desaceleración económica que se está observando y con los riesgos que esta implica para el crecimiento en el futuro cercano. La conexión económica entre México y Estados Unidos hace que cualquier desaceleración en el país vecino pueda profundizar aún más esta tendencia negativa en la confianza de los consumidores mexicanos. Al analizar estos datos, queda claro que la confianza del consumidor en México se enfrenta a desafíos significativos. La combinación de caídas en la percepción económica, la reducción en las posibilidades de ahorro y la incertidumbre en el futuro están creando un ambiente poco propicio para el consumo. Las autoridades y los analistas deben estar atentos a esta situación, ya que la confianza del consumidor es un indicador clave para el desarrollo económico del país.