Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un giro sorprendente en la competición inaugural de breaking en los Juegos Olímpicos de París, la bailarina de 36 años Gunn, que actúa bajo el nombre de Raygun, ha captado la atención no solo por sus movimientos, sino también por su enfoque único hacia la danza que ha suscitado tanto admiración como controversia. A medida que el breaking hace su debut en estos Juegos, es importante desglosar lo que su actuación significa en el contexto de la competencia y la expresión artística. Raygun, una profesora universitaria de Sídney, destacó no solo por su edad—siendo significativamente mayor que muchas de sus competidoras—sino también por su estilo innovador. Sus presentaciones, particularmente su llamativa elección de saltar como un canguro durante una de sus rutinas, encendieron una locura en las redes sociales. Memes y parodias en video inundaron internet, levantando cejas y generando discusiones sobre sus calificaciones y vestimenta. Algunos comentaristas cuestionaron si su originalidad podría competir con los movimientos de poder más tradicionales favorecidos por las bailarinas más jóvenes. Sin embargo, el apoyo a Gunn ha llegado de sectores inesperados. El Sr. Gilian, un compañero competidor y defensor, argumentó que su puntuación refleja el sistema de juzgamiento competitivo en lugar de una falta de habilidad. Enfatizó que el breaking, como forma de arte, prospera en la originalidad y la innovación, instando a los observadores a apreciar el estilo creativo de Gunn. "Ella se inspiró en su entorno, que en este caso, por ejemplo, era un canguro," señaló, destacando la importancia de extraer inspiración de fuentes diversas en el ámbito del breaking. Por su parte, Gunn reconoció el panorama competitivo al que se enfrentaba. "Nunca iba a superar a estas chicas en lo que hacen mejor, los movimientos dinámicos y de poder," afirmó, explicando su decisión de adoptar un enfoque más artístico y creativo en su actuación. Su experiencia en jazz, tap y danza de salón informa esta filosofía, permitiéndole labrarse un nicho único en una competencia dominada por atletas más jóvenes conocidos por su destreza física. El apoyo a Gunn no solo ha venido de sus compañeras competidoras; funcionarios australianos y miembros de la comunidad olímpica se han unido a su causa, condenando la reacción negativa que recibió en línea. Anna Meares, una gran figura olímpica australiana y jefa de misión del equipo en París, expresó su decepción por los comentarios negativos que circulaban en las redes sociales. Elogió el coraje y el carácter de Gunn, enfatizando que el enfoque debería estar en celebrar la diversidad y la creatividad que el breaking aporta a los Juegos Olímpicos. A medida que el breaking continúa evolucionando como deporte, la conversación en torno a la actuación de Raygun destaca la tensión entre los criterios de juzgamiento tradicionales y el impulso por la expresión artística. Si bien Gunn puede no haber asegurado un lugar destacado en la competencia, su presencia y actuaciones han enriquecido indudablemente el paisaje cultural de los Juegos Olímpicos. A medida que miramos hacia el futuro del breaking, particularmente con su exclusión de los próximos Juegos de 2028 en Los Ángeles, queda por ver cómo este deporte dinámico continuará equilibrando la competencia con la creatividad y la originalidad.