Homenaje a María Esther Palant y Silvia Kantor en el Festival de Cine de Lima PUCP

En el vasto panorama del cine, raramente se encuentran historias que reflejen no solo el arte, sino también las entrañables relaciones familiares que lo nutren. El caso de María Esther Palant y su hija Silvia Kantor es uno de esos raros ejemplos que destaca en la escena cinematográfica peruana, un homenaje a la creatividad y a la conexión generacional que las une en un mismo camino artístico. Ambas, argentinas de nacimiento pero peruanas de corazón, han dejado una huella profunda en la cultura audiovisual del país, y su legado se celebra en el actual Festival de Cine de Lima PUCP. María Esther Palant, nacida en 1932, llegó a Perú en búsqueda de nuevas oportunidades y pronto se convirtió en una figura fundamental en el ámbito del cine. Su formación en escultura y pintura no solo enriqueció su mirada artística, sino que también la impulsó a crear obras que dialogaban con el arte en sus múltiples facetas. A lo largo de su carrera, se dedicó a realizar documentales sobre artistas plásticos peruanos, un esfuerzo que no solo sirve para inmortalizar sus contribuciones, sino que también pone de manifiesto la importancia del arte en la identidad cultural del país. La fundación del Grupo Chaski en 1982 fue uno de los hitos más significativos en la carrera de Palant. Junto a un grupo de cineastas comprometidos, logró llevar a la pantalla historias que reflejaban realidades peruanas y que, a menudo, eran ignoradas por la industria cinematográfica convencional. Su trabajo en "Gregorio" es un ejemplo claro de su capacidad para contar historias que resuenan con la vida cotidiana y las luchas de su pueblo. Silvia Kantor, nacida en 1953, heredó esta pasión por el cine y la cultura. Desde joven, se involucró en proyectos cinematográficos que la llevaron a destacar en la industria peruana. Su relación con el Grupo Chaski, donde se desempeñó como productora ejecutiva en "Juliana", la consolidó como una figura esencial en la nueva ola del cine peruano. Al igual que su madre, Silvia ha explorado diversas formas de expresión artística, lo que la llevó a realizar el cortometraje "Para vivir mañana", que rinde homenaje al poeta Carlos Germán Belli. El Espacio Filmoteca, en el Festival de Cine de Lima PUCP, presenta "Una misma pasión", un ciclo de cortometrajes restaurados de Palant y Kantor que celebra su legado y la conexión única entre madre e hija. Este homenaje no solo destaca sus contribuciones individuales, sino que también pone en relieve el emocionante traspaso de la antorcha creativa de una generación a otra, un aspecto que resulta especialmente relevante en un contexto donde las voces femeninas en el cine han sido históricamente marginadas. Entre los trabajos de María Esther Palant, se proyectarán "Cota y los niños", un homenaje a la pintora Carlota Carvallo, y "Ricardo Palma", un retrato íntimo del célebre autor peruano. Ambas obras reflejan su interés por el patrimonio cultural y artístico del Perú, al tiempo que muestran su habilidad para contar historias que resuenan con el público. Por su parte, Silvia Kantor presentará tres cortometrajes: "Reflejos en el vidrio", que retrata la vida de una obrera en una fábrica de vidrio soplado; "Sintonía", que narra la historia de un hombre que busca escribir sobre un pintor; y "Némesis", un corto que aborda la persecución de una mujer en tiempos de la Inquisición de Lima. Cada uno de estos trabajos no solo refleja su estilo único, sino que también ofrece una mirada crítica a la historia y la sociedad peruana. La presencia de ambas cineastas en el festival resuena en un momento en el que el cine enfrenta retos significativos, como la predominancia de producciones comerciales que a menudo relegan la profundidad del contenido a favor de fórmulas repetitivas. Desplechin, un reconocido cineasta, expresó su frustración ante la actual tendencia del cine comercial, sugiriendo que muchas películas parecen dirigidas a un público infantil, lo que subraya la importancia de obras como las de Palant y Kantor. Este homenaje en el Festival de Cine de Lima PUCP no es solo una celebración de la obra de dos talentosas cineastas, sino también un recordatorio de la necesidad de diversificar las voces en la industria cinematográfica. La historia de María Esther Palant y Silvia Kantor es un testimonio de que el cine no solo se trata de contar historias, sino de construir puentes entre generaciones, culturas y experiencias, un legado que continuará inspirando a futuras cineastas en Perú y más allá.