Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un análisis de las últimas tendencias del sector comercial, se ha identificado que las promociones y ofertas continuarán siendo una constante en el mercado durante el resto del año. A pesar de que esta estrategia podría impactar negativamente en los márgenes de ganancia de las empresas, los centros comerciales y mercados de abasto han salido de una racha adversa, mostrando señales de recuperación en julio después de un primer semestre complicado. Este último había estado marcado por una caída significativa en las ventas, lo que llevó a diversos actores del mercado a replantear sus estrategias comerciales. La situación económica en el país ha estado caracterizada por una disminución en la confianza de los consumidores, que ha afectado las decisiones de compra. Sin embargo, se ha observado un aumento en la confianza de las empresas, lo que indica que, a pesar de las dificultades que enfrentan los consumidores, el sector empresarial está comenzando a ver señales de esperanza. La campaña de promociones por las Fiestas Patrias ha sido un factor clave en esta recuperación, permitiendo a los comercios atraer a los clientes a través de descuentos atractivos. A medida que las empresas se esfuerzan por mantener su competitividad, la prolongación de las ofertas se ha convertido en una táctica esencial para recuperar parte del volumen de ventas perdido. Esto refleja una estrategia que pone el enfoque en el volumen de ventas frente a la rentabilidad individual de los productos. Sin embargo, este riesgo calculado podría llevar a un escenario donde los márgenes de ganancia se vean aún más presionados, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la salud económica de estas empresas. El panorama del crédito también ha sido un tema de preocupación. A pesar de las reducciones en las tasas de interés anunciadas por el Banco Central de Reserva (BCR), los beneficios aún no han llegado de manera significativa a las micro y pequeñas empresas (MYPES) ni a los consumidores individuales. La banca ha reportado un aumento en la morosidad, especialmente en los segmentos socioeconómicos B y C. Esto sugiere que, aunque las condiciones del crédito podrían estar mejorando teóricamente, la realidad para muchos sigue siendo complicada. Las estadísticas de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP son elocuentes: la tasa de interés de los créditos de consumo en soles ha incrementado un 20.5% desde enero. Este fenómeno no solo limita el acceso al financiamiento para aquellos que más lo necesitan, sino que también podría ser un freno para el crecimiento del consumo interno, afectando aún más la recuperación del sector comercial. A nivel macroeconómico, las proyecciones de crecimiento han sido revisadas a la baja. Según Credicorp Capital, se espera que la economía solo crezca un 1.1% este año, una cifra que refleja las anomalías climáticas y el impacto de la desaceleración económica de China, así como las decisiones de política monetaria de Estados Unidos. La revisión de estas expectativas también ha sido respaldada por otras entidades que prevén expansiones aún más modestas de 0.8% por parte del Instituto Peruano de Economía (IPE) y 1% según Macroconsult. Este panorama sombrío podría tener un efecto dominó en la percepción de los consumidores y empresas por igual. Si los pronósticos de crecimiento siguen siendo pesimistas, es probable que la confianza del consumidor continúe disminuyendo, lo que a su vez podría afectar a la inversión empresarial y limitar la capacidad de las empresas para ofrecer nuevas promociones en el futuro. En este contexto, es crucial que tanto el gobierno como el sector privado trabajen de manera coordinada para fomentar un entorno más favorable. Esto podría incluir medidas que faciliten el acceso al crédito, así como iniciativas que mejoren la confianza del consumidor y fortalezcan la resiliencia de las empresas frente a futuros desafíos económicos. La situación actual del mercado es un recordatorio de la volatilidad inherente a la economía, donde las decisiones tomadas hoy pueden tener grandes repercusiones en el futuro. Mantener un equilibrio entre la competitividad de las empresas y la salud financiera de los consumidores será fundamental para navegar por el complejo panorama económico que se avecina.