Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Alonso Correa, el surfista peruano que participó en los recientes Juegos Olímpicos, se encuentra en el centro de la controversia tras presentar un reclamo para obtener una medalla de bronce que, en principio, no le fue otorgada. La situación se ha complicado aún más debido a que su reclamo no se dirige a una falta del competidor brasileño Gabriel Medina, quien se llevó la presea, sino al criterio aplicado por los jueces durante la competencia. Este tipo de situaciones, aunque raras, no son desconocidas en el ámbito olímpico, donde la posibilidad de reasignación de medallas existe, pero en contextos muy específicos. En el contexto de los Juegos Olímpicos, la reasignación de medallas ocurre generalmente cuando se comprueba que un atleta que originalmente alcanzó un podio ha violado alguna de las reglas del juego limpio, como el uso de sustancias prohibidas o el manipular el resultado de la competencia. Un ejemplo reciente es el caso del cuarteto chino que, tras la descalificación de un equipo británico por doping, pudo obtener una medalla por un lugar que inicialmente no le correspondía. El reclamo de Correa se basa en la decisión de los jueces en cuanto a la prioridad en la ola que, según argumentan sus representantes, debió haber sido adjudicada al peruano. En esta situación, el presidente de la Federación Nacional de Tabla (FENTA), Jaime Gensollen, ha afirmado que existe un claro “robo” en la decisión del juez de prioridad, señalando que Correa llegó primero al punto de formación de la ola. Sin embargo, el hecho de que la disputa sea contra un criterio de los jueces complica la situación. La norma olímpica estipula que los deportistas deben competir en un ambiente de integridad y transparencia, y el Comité Olímpico Internacional (COI) establece que un atleta no debe manipular el resultado de la competencia. Sin embargo, en este caso, el reclamo de Correa no se centra en una falta del rival, sino en una supuesta manipulación por parte del jurado. Esto plantea un dilema, ya que la mayoría de los casos de reasignación de medallas se tramitan contra los propios deportistas, lo que podría hacer que el caso de Correa carezca de precedentes. Por otra parte, el vocal técnico de la Federación Peruana de Surf, Richard Navarrete, también ha expresado su preocupación por la situación, indicando que la ola que finalmente capitalizó Gabriel Medina debió ser para Correa, lo que le habría otorgado una puntuación superior. La evaluación de esta situación por parte del comando técnico y la parte legal de la FENTA es un paso crucial para respaldar el reclamo. En caso de que el reclamo prospere, Correa podría recibir la medalla en una variedad de contextos. Según la normativa vigente, el atleta tiene opciones que van desde recibirla en una ceremonia privada hasta en una sesión oficial del COI. Sin embargo, el tiempo es un factor crítico, ya que el proceso de apelación y revisión podría extenderse, y las decisiones en el ámbito olímpico suelen ser meticulosas y rigurosas. Es importante mencionar que la visibilidad y el impacto de un reclamo de este tipo no solo afecta a Correa y su carrera, sino también al panorama del surf en Perú. Una medalla olímpica podría proporcionar un impulso significativo para el desarrollo de este deporte en el país, que ha estado en ascenso en los últimos años. Sin embargo, también plantea desafíos sobre la equidad y la justicia en las competencias, y sobre cómo los deportistas y las federaciones deben navegar estas aguas. Al final, la situación de Alonso Correa es un recordatorio de las complejidades que enfrentan los atletas en su búsqueda de reconocimiento y éxito en el escenario olímpico. Ya sea que su reclamo sea aceptado o no, el proceso en sí mismo ya ha abierto un diálogo sobre la justicia en el deporte y la importancia de mantener la integridad en las competencias. A medida que el caso avanza, el mundo del surf y los seguidores del deporte estarán atentos a cualquier novedad que pueda surgir de esta controversia.