Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El avance de la nueva Carretera Central y el Anillo Vial Periférico está marcando un punto de inflexión en la infraestructura vial del Perú, un país que ha enfrentado durante años desafíos significativos en cuanto a la movilidad y la conectividad entre regiones. Estas obras emblemáticas no solo tienen como objetivo mejorar la seguridad y la eficiencia del transporte terrestre, sino que también aspiran a fomentar el desarrollo económico y la calidad de vida de los ciudadanos. Desde el inicio de la fase 2 de la Nueva Carretera Central en febrero de este año, se ha dado un paso importante hacia la consolidación de un proyecto que promete transformar la forma en que se desplazan tanto personas como mercancías. Esta fase se centra en la elaboración de un estudio definitivo que incluye los detalles constructivos y cronogramas, así como las características de la nueva autopista, que abarcará 185 kilómetros a través de seis regiones estratégicas: Lima, Huánuco, Pasco, Huancavelica, Junín y Ucayali. Este ambicioso proyecto contempla la construcción de cuatro carriles, un separador central para aumentar la seguridad, y la implementación de infraestructuras como túneles y viaductos, que facilitarán el tránsito y disminuirán los tiempos de viaje. En total, se proyectan 34 kilómetros de túneles y 19 kilómetros de viaductos, además de 24 kilómetros de muros de contención que garantizarán la estabilidad del trayecto. La inversión total para llevar a cabo esta megaobra supera los 24,000 millones de soles, un compromiso que sin duda refleja la importancia que el gobierno peruano otorga a la modernización de su red vial. El Anillo Vial Periférico, con su extensión de 34.8 kilómetros, también avanza a buen ritmo. Este proyecto, que cuenta con una inversión que supera los 3,400 millones de dólares, ha sido confiado a Proinversión, encargado de diseñar, financiar, construir, operar y mantener la infraestructura. Según el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, la implementación de este anillo vial no solo mejorará la conectividad entre las principales avenidas de Lima, sino que también contribuirá a reducir el tráfico vehicular en la capital. Se estima que el Anillo Vial Periférico beneficiará a más de 5 millones de personas, al optimizar el tiempo de traslado y ofrecer alternativas más rápidas para acceder a diversas áreas de la ciudad. El presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, ha destacado que esta obra generará alrededor de 70,000 empleos directos e indirectos durante su construcción, así como 20,000 empleos adicionales durante la fase de operaciones y mantenimiento, lo que subraya el impacto positivo que tendrá en la economía nacional. Ambos proyectos se presentan como soluciones integrales para los problemas de transporte que enfrenta el país. La Nueva Carretera Central, además de facilitar el transporte interprovincial, tiene el potencial de impulsar el comercio en las regiones que conectará, contribuyendo a la equidad y al desarrollo regional. Asimismo, el Anillo Vial Periférico se perfila como una respuesta efectiva al desafío del congestionamiento vehicular en Lima y Callao, interconectando importantes vías como la Panamericana Norte y Sur. El avance de estas obras ha sido posible gracias a la colaboración entre el sector público y privado, así como a la asistencia técnica de organismos internacionales, como el caso de la PMO Vías en el proyecto de la Nueva Carretera Central, que se enmarca dentro de un acuerdo entre gobiernos. Esto no solo garantiza una ejecución más eficiente, sino que también establece un modelo de gestión que puede replicarse en futuras iniciativas de infraestructura. A medida que se continúan desarrollando estas obras, la expectativa entre los ciudadanos y empresarios crece. Muchos ven en estas iniciativas una oportunidad para mejorar la calidad de vida en las regiones afectadas y, en general, contribuir a un Perú más conectado y dinámico. La modernización de la infraestructura vial es un factor clave para atraer inversiones y fomentar el desarrollo sostenible en el país. Por último, es importante destacar que la denominación "Anillo Vial Periférico" se debe a la configuración circular que esta nueva carretera formará a su paso por Lima, comenzando en el Óvalo de las 200 Millas en el Callao y extendiéndose hasta la Avenida Circunvalación en San Luis. Esta característica no solo facilitará la movilidad urbana, sino que también representa una visión de futuro en la planificación del transporte en áreas metropolitanas. El éxito de estas obras dependerá en gran medida de la continuidad de su financiamiento y ejecución, así como de la colaboración entre el gobierno y la sociedad civil. Sin duda, el avance de la Nueva Carretera Central y el Anillo Vial Periférico se convierte en un tema de interés nacional, que no solo refleja el progreso en infraestructura, sino también la esperanza de un futuro más prometedor para el transporte y desarrollo económico en el Perú.