Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El reciente pánico en los mercados bursátiles, conocido como el "lunes negro", ha tenido un efecto inesperado: la exitosa estrategia de inversión de Carlos Slim, el magnate mexicano que ha sabido interpretar los vaivenes de la economía con astucia. Según la agencia Bloomberg, el empresario ha aprovechado la caída generalizada de precios en las acciones, para incrementar su participación en el sector energético estadounidense, específicamente en dos compañías petroleras, Talos Energy y PBF Energy. Esta movida no solo resalta su habilidad para detectar oportunidades en momentos de crisis, sino que también marca un claro giro en el enfoque de su portafolio de inversiones. La empresa Control Empresarial de Capitales, de Slim, desembolsó alrededor de 24 millones de dólares para adquirir un total de 923,000 acciones de Talos Energy y 357,000 de PBF Energy entre el 1 y el 2 de agosto. Con esta transacción, la participación del empresario en estas empresas aumentó al 21.3% y al 15.5%, respectivamente. Esta decisión no es casual, sino que refleja una estrategia más amplia que busca diversificar su influencia en el sector energético, un área que ha visto un resurgimiento en el interés de los inversionistas. Históricamente, Carlos Slim ha amasado su fortuna en el sector de telecomunicaciones, pero su reciente movimiento hacia el ámbito energético es indicativo de una nueva era para su imperio empresarial. En mayo de 2023, su conglomerado Grupo Carso ya había comenzado a hacerse un nombre en este sector al invertir 125 millones de dólares en el yacimiento Zama, localizado en las costas de Tabasco. Esta inversión fue solo el primer paso en un camino que ha visto un incremento en su interés por los recursos energéticos del país. A finales de diciembre del mismo año, Slim reafirmó su compromiso con el sector al pagar 530 millones de dólares por el 50% de los campos petroleros Ichalkil y Pokpch, ubicados frente a las costas de Campeche. Estas decisiones no solo fortalecen su portafolio, sino que también posicionan a Slim como un actor relevante en la reconfiguración del sector energético en México, que ha estado marcado por el debate entre la inversión privada y el papel de Petróleos Mexicanos (Pemex). El magnate también ha puesto su mirada en el campo de gas natural Lakach, donde anunció una inversión de 1,000 millones de dólares para reactivar los yacimientos que, desde su descubrimiento en 2006, han permanecido inexplorados. A pesar de los esfuerzos previos por parte de Pemex y su intento de asociarse con New Fortress Energy, la colaboración no fructificó. Ahora, con el regreso de Grupo Carso a la mesa, Slim busca aprovechar la oportunidad que representa este campo. El contexto económico en el que se mueve Carlos Slim no es indiferente a la estrategia del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha centrado su atención en revitalizar a Pemex, inyectándole recursos multimillonarios para combatir su elevada deuda. Esta situación ha llevado a un enfoque regulatorio que limita la competencia de empresas privadas, lo que podría abrir un camino de colaboración entre Slim y el gobierno. Las acciones de Slim sugieren que ve en México un entorno propicio para trabajar junto a las autoridades y, al mismo tiempo, obtener beneficios económicos significativos. La combinación de su capacidad de inversión y la disposición del gobierno a asociarse con empresarios como él, podría significar un cambio en la dinámica del sector energético en el país. Sin embargo, el creciente peso de Slim en el sector energético plantea interrogantes sobre la competencia y la sostenibilidad del mercado. Con su influencia en aumento, será crucial observar cómo se desarrollan las relaciones entre Pemex, el gobierno y las empresas privadas en el futuro. En un momento en que el mundo se enfrenta a desafíos energéticos, la capacidad de Slim para navegar este nuevo panorama será clave. El "lunes negro" ha mostrado, una vez más, que en medio del caos, las oportunidades pueden surgir para aquellos que están dispuestos a arriesgar. Carlos Slim, con su visión empresarial, se posiciona para capitalizar estas circunstancias, buscando no solo el crecimiento de su imperio, sino también la posibilidad de reinventar el sector energético en México. Sin duda, esta estrategia estará en el punto de mira de analistas y economistas en los próximos meses, a medida que se desplieguen las decisiones y movimientos en un sector en constante evolución.