Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Las acciones de los mercados emergentes experimentaron un desplome significativo el lunes, reflejando una creciente preocupación por una posible desaceleración económica en Estados Unidos. Esta caída se vio acentuada por una venta masiva de posiciones de carry trade, principalmente financiadas con yenes japoneses, que impactó de manera negativa en las monedas de América Latina, siendo el peso mexicano el más afectado. El índice de acciones de mercados emergentes cayó un 4.2%, lo que representa un acentuado deterioro que comenzó el pasado viernes, marcando la peor caída en dos días desde marzo de 2020, cuando se desató la pandemia de COVID-19. Las acciones de empresas tecnológicas en Taiwán y Corea del Sur lideraron este descenso, señalando un cambio en la percepción del riesgo en estos mercados. A pesar de que el índice MSCI de divisas de mercados en desarrollo tuvo un cierre positivo gracias a las monedas asiáticas, el fortalecimiento del yen, que se ha convertido en la divisa preferida para el carry trade, provocó una fuerte depreciación del peso mexicano. En su punto más bajo, la moneda mexicana se debilitó hasta un 5.4%, aunque logró recortar parte de esas pérdidas a lo largo del día. Gabriela Siller, jefa de investigación económica del Grupo Financiero Base de México, explicó que la reversión del carry trade fue impulsada por un cambio en la política monetaria de Japón, lo que como resultado generó un efecto dominó de incertidumbre y pánico en los mercados. "El resto es el efecto dominó debido al pánico", afirmó Siller, sugiriendo que los inversionistas están reaccionando ante una situación de riesgo inminente. El real brasileño, otra moneda latinoamericana, también sufrió severas consecuencias, cayendo a su nivel más bajo desde marzo de 2021, aunque posteriormente logró revertir algunas de sus pérdidas. Durante el último mes, tanto el real como el peso mexicano han sido las monedas emergentes más golpeadas, con caídas acumuladas de casi un 7% y un 5%, respectivamente. El aumento de la volatilidad implícita del peso mexicano, que alcanzó máximos no vistos en más de tres años, ha desalentado a los inversionistas en carry trade, lo que agrava aún más la situación. Christian Lawrence, estratega de activos cruzados en Cooperatieve Rabobank, sugirió que las corporaciones que manejan pesos estaban vendiendo dólares en estos niveles, lo que ayudó a moderar algunas de las pérdidas del lunes. Sin embargo, el impacto del desplome en el peso mexicano no solo se puede atribuir a factores externos. Un sorpresivo aumento en la tasa de desempleo en Estados Unidos, reportado el pasado viernes, ha alimentado temores de una desaceleración económica en el país, lo que representa un riesgo considerable para la economía mexicana, que depende en gran medida del comercio con su vecino del norte. Francisco Campos, economista de Deutsche Bank, añadió que el efecto en el peso ha sido desproporcionado, reflejando la combinación de la incertidumbre internacional y desafíos internos que enfrenta México. La reciente intervención del Banco de Japón en el mercado de divisas, junto con su inesperada decisión de aumentar las tasas de interés por primera vez desde 2007, ha intensificado las liquidaciones de posiciones largas en el peso. Las preocupaciones políticas también juegan un papel crucial en la debilidad del peso. Chris Turner, jefe de estrategia de divisas de ING, advirtió que la política mexicana podría entrar en juego a medida que el nuevo parlamento se reúna en septiembre, lo que podría obstaculizar la recuperación del peso bajo el nivel de 19.00 por dólar. La incertidumbre respecto a posibles reformas constitucionales por parte de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, podría influir negativamente en la percepción del riesgo. A pesar de un sólido desempeño del peso en años anteriores, donde se apreció un 5% en 2022 y un 13% en 2021, el actual contexto plantea retos significativos. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido la fortaleza del peso durante su mandato, pero la situación actual requiere atención, ya que las reservas internacionales en niveles récord no han podido contener la depreciación. Aunque los analistas sugieren que el margen para pérdidas adicionales del peso podría ser limitado, la volatilidad y el contexto de liquidación de posiciones de carry trade generan una sensación de incertidumbre que podría persistir en los próximos días. "Siempre es difícil decirlo en estas grandes liquidaciones, pero creo que estamos más cerca de la meta", concluyó Brad Bechtel, director global de divisas en Jefferies, sugiriendo que el mercado podría estar acercándose a un punto de estabilización.